Gráfico animado sobre la operación 'Odisea del Amanecer', lanzada por la coalición internacional contra el régimen del dirigente libio, Muamar Gadafi.
Gráfico animado sobre la operación 'Odisea del Amanecer', lanzada por la coalición internacional contra el régimen del dirigente libio, Muamar Gadafi.
Tropas leales al dirigente libio, Muamar Gadafi, frenaron este lunes por la mañana el avance de los rebeldes a la salida de Ben Jawad, a 140 kilómetros de la ciudad de Sirte, comprobó un periodista de la AFP.
El domingo, los rebeldes habían tomado la localidad de Ben Jawad, después de haber recuperado el control del centro petrolero de Ras Lanuf durante su avance con el apoyo de la aviación de la coalición internacional.
Sin embargo, fueron blanco del fuego de ametralladoras pesadas de las fuerzas de Gadafi que llegaron por la carretera que va de Ben Jawad a Nofilia, en dirección de Sirte, a bordo de camionetas.
Los rebeldes se replegaron hacia Ben Jawad, antes de responder con artillería pesada. El tiroteo proseguía hasta las 08H00 GMT, constató la AFP.
Este lunes por la mañana, Sirte, la ciudad natal de Gadafi, próximo objetivo declarado de los rebeldes, estaba aún en manos de las tropas leales al régimen, constató otro periodista de la AFP. La calma imperaba este lunes por la mañana en Sirte tras una serie de explosiones que sacudieron la ciudad, informó un periodista de la AFP.
Las calles estaban desiertas y los aviones dejaron de sobrevolar la ciudad. Por el momento, se desconoce si los ataques aéreos del domingo por la noche y de este lunes por la mañana causaron daños.
No hay señales en Sirte de la presencia de insurgentes, que avanzan hacia esta ciudad.
El periodista de la AFP en Sirte forma parte de un grupo de reporteros invitados la víspera por el régimen libio a visitar el lugar.
Entre las 04H20 y las 04H35 GMT de este lunes, nueve potentes explosiones sacudieron Sirte y varios aviones la sobrevolaron, lo que hizo suponer que se trataba de un ataque aéreo de la coalición
El domingo por la noche, varios ataques aéreos tuvieron como blanco Sirte, situada a medio camino entre Trípoli y Bengasi, seguidos de cuatro explosiones.
La defensa antiaérea no había entrado en acción en esta localidad, próximo objetivo de la insurrección libia, que sigue ganando terreno hacia el oeste, aprovechando la desbandada de las fuerzas del coronel Muamar Gadafi, debilitadas por la operación aérea internacional que a partir de ahora estará al mando de la OTAN.
La Alianza Atlántica anunció el domingo en Bruselas que tomará "inmediatamente" el mando de todas las operaciones militares en Libia.
La OTAN, que ya estaba a cargo del embargo de armas en el Mediterráneo y de la zona de exclusión aérea en cielo libio, reemplaza así al mando estadounidense en las misiones de protección de la población civil, efectuadas hasta ahora por una coalición encabezada por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia.
"Nuestro objetivo es la protección de los civiles y de las zonas habitadas que estén bajo amenaza de ataques del régimen de Gadafi", aseguró el secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen.
En el terreno, los rebeldes reconquistaron el domingo por la mañana el puerto petrolero de Ras Lanuf y la localidad de Bin Jawad, en el este de Libia.
Bin Jawad, que fue la posición más avanzada de los rebeldes en su primera ofensiva hacia el oeste de Libia a comienzos de marzo, había sido reconquistada por las fuerzas leales a Gadafi el 6 de marzo pasado.
En los últimos tres días, las fuerzas insurgentes conquistaron sucesivamente las ciudades de Ajdabiya, punto estratégico a 160 kilómetros de Bengasi, Brega, Ras Lanuf y Bin Jawad.
Las fuerzas pro Gadafi continuaron replegándose en dirección a Sirte, situada 200 kilómetros más al oeste.
A última hora de la tarde del domingo, los rebeldes se encontraban en Nofilia, pequeña localidad entre el mar y el desierto, a 110 kilómetros de Sirte, y a más de 400 de su feudo, Bengasi.
En Trípoli se oyeron explosiones y disparos de la defensa antiaérea por la noche, según una periodista de la AFP.
Pese a que el precio del petróleo subió por los temores a que los combates o sabotajes afectaran las infraestructuras petroleras libias, los periodistas de la AFP no vieron daños importantes en las instalaciones de Brega ni en las de Ras Lanuf.
Según los rebeldes, los campos petroleros situados en las regiones que controlan producen actualmente entre 100.000 y 130.000 barriles diarios. La oposición planea exportar el petróleo "antes de una semana", declaró un portavoz rebelde, Alí Tarhoni, añadiendo que la rebelión delegó a Qatar la comercialización del crudo.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acusado en el Congreso de su país de haberse lanzado al conflicto en Libia sin una estrategia de salida, envió al frente a sus secretarios de Estado y de Defensa, Hillary Clinton y Robert Gates, para justificar la intervención estadounidense.
Clinton y Gates intervinieron en varios programas dominicales estadounidenses para explicar a la población la situación en Libia. El secretario de Defensa reconoció, en respuesta a las críticas de los legisladores estadounidenses, que Libia no constituye "una amenaza real e inminente" para Estados Unidos, pero que su vecino Egipto es "una pieza central" en la región y que había que apoyar al movimiento democrático nacido en ese país.
"Hay numerosos diplomáticos y jefes militares en Libia que (...) que cambian de bando, que defeccionan porque ven como esto va a terminar", dijo Clinton por su parte en el programa 'Face the Nation', de la cadena CBS.
Unos días antes de una cumbre sobre Libia prevista el martes en Londres -en la que ya han confirmado su participación 35 países-, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció "una iniciativa franco-británica", que busca una salida política al conflicto "para mostrar que la solución no puede ser militar".
Por su lado, el papa Benedicto XVI pidió a la comunidad internacional y a todas las partes implicadas el inicio "inmediato de un diálogo" para lograr un alto el fuego en Libia.
La primera embarcación que transportaba inmigrantes norafricanos, procedentes de Libia, con cerca de 300 personas, llegó al sur de Italia, informaron los guardacostas y las organizaciones humanitarias.