06-07-2008 |
El ejército de Colombia admite alegremente que los militares estudiaron teatro durante semanas para hacerse suplantar por miembros una organización humanitaria, la Cruz Roja Internacional, y que el rescate se llevó a cabo en medio de la selva, los guerrilleros de las FARC entregaron a los secuestrados a una supuesta misión humanitaria internacional, suplantada por el ejército de Colombia, en una flagrante violación del derecho humanitario internacional, que pone en riesgo la vida de cooperantes, y las propias misiones humanitarias de las organizaciones, como ocurrió con Médicos Sin Fronteras, en Afganistán. Ahora han impedido que la Cruz Roja Internacional realice más mediaciones y futuras liberaciones de rehenes.
El periodista suizo, Frederich Blassel, representante de la emisora estatal Radio Suiza Romanda (RSR), reveló este viernes que la operación a través de la cual se logró la libertad de Ingrid Betancourt y otros 14 rehenes en manos de las FARC, fue signada tras un pago de veinte millones de dólares.
El teatro es ficción, pero la liberación, previo pago es realidad. Al igual que es realidad la negociación humanitaria previa, que el gobierno de Colombia no admite, pero que ha existido. ¿Como iba a admitir alegremente un pago de 20 millones dólares? Ahora entendemos la cara de bufón del ministro de defensa colombiano y su sonrisa sangrienta. ¿También habrá estudiado teatro?
Lo que confirma que el gobierno de Álvaro Uribe se ha negado en todo momento a una salida dialogada al trágico conflicto interno que vive Colombia, más preocupado es su sucesión pseudo-monárquica, y en convertir este asunto en propaganda mediática a su favor, la realidad, es que su gestión es pésima, dado el largo cautiverio sufrido por los secuestrados, de 6 hasta 10 años. Y lo que es más grave, se ha negado a que los intercambios humanitarios se realicen, tal y como demandaban los presidentes de Francia, Suiza y Venezuela. Poniendo en peligro la vida de los mediadores enviados por Francia y por Suiza.
Si bien para la inmensa mayoría de la opinión pública mundial naturalmente noticias como esta son más agradables que la masacre nocturna cometida en territorio de Ecuador contra guerrilleros de las FARC indefensos, pues estaban durmiendo en un campamento, y algunos desarmados ejecutados con un tiro en la nuca, y contra cinco estudiantes mexicanos que se hallaban en el lugar realizando una tesis para la universidad de la UNAM de México. Masacre en la que también fue asesinado el representante y negociador de la paz Raúl Reyes que mantuvo reuniones con enviados de los gobiernos de Suiza, Francia, y con representantes de organizaciones humanitarias. Y hasta con presidentes de Estado en su gira Europea.Masacre que buscaba no tan sólo asesinar a personas, sino, asesinar el proceso de paz. De hecho más de 450 sindicalistas han sido asesinados en Colombia en los últimos años, y esto no parece importar a los grandes medios de comunicación de masas.
Incluso algunos medios tildaban de terroristas a los estudiantes mexicanos, casualmente, no tildan de terroristas a los jefes de estado, y sus enviados , a los periodistas, a los miembros de organizaciones humanitarias, que mantuvieron entrevistas con Raúl Reyes.
La instrumentalización de organizaciones humanitarias no es novedad, ya ha sucedido en Afganistán, donde el ejército de EEUU suplantó a un equipo de rescate de la organización Médicos Sin Fronteras para llevar a cabo una operación bélica que supuso el asesinato de civiles. Estas acciones ponen el peligro la vida de los cooperantes, puesto que para las partes beligerantes en los conflictos, ponen en riesgo su credibilidad, dado que pueden ser atacados al pensar que son militares camuflados, o que son parte de la guerra. En Afganistán fueron asesinados cinco cooperantes de médicos sin fronteras.
La organización española Médicos Sin Fronteras se vio obligada a retirar su ayuda a la población de Afganistán, su máximo responsable afirmó: "La ayuda humanitaria es considerada como parte de la guerra contra el terrorismo", dando como ejemplo las octavillas que lanzaron los estadounidenses sobre zonas tribales y en las que amenazaban con retirar la ayuda si los civiles no delataban a los talibanes. Estos últimos, dice Vila Sanjuán, han hecho suyo el lema del presidente Bush -"En esta guerra, con nosotros o contra nosotros"- al reivindicar el asesinato de cinco cooperantes y acusar a MSF de colaborar con EE UU. "En esta guerra, nosotros no estamos de ningún lado". Lo que confirma que la guerra contra el terrorismo, no ha solucionado nada ni ha aportado paz, ha recrudecido más el conflicto. Ha incrementados las desigualdades sociales. Ha incrementado la pobreza, la exclusión social, e incluso ha arruinado la economía norteamericana, como muestra la actual crisis del sistema financiero internacional. Y los costes económicos de la guerra: de 3 a 5 Billones de dólares según las fuentes (agencia Reuters). Y la guerra continúa (Para paliar la tragedia del huracán Katrina no había apenas fondos...) Y lo más grave, ha supuesto cientos de miles de muertos, en su mayoría población civil ajena a las partes en conflicto. Lo que ha rearmado a las partes beligerantes.
Se puede entender que la guerra y la venta de armas es un negocio fabuloso. Basta con ver las denuncias de ONG internacionales, ver las cifras millonarias de ventas, los países que más venden. Algunas ventas superan incluso la parte de inversión de algunos países en sanidad y educación. Y lo que es peor, que se siga vendiendo impunemente a países que no respetan los derechos humanos, incluido Colombia, según denuncia de Naciones Unidas. Colombia sigue los pasos sangrientos de EEUU en Irak, y en Afganistán.
La paz sólo es posible si existe diálogo y negociación entre las partes como han demostrado varios conflictos en vías de solución como el de Irlanda del Norte; y despejar la vía política para que la sociedad colombiana pueda reclamar sus derechos sin ser represaliados, detenidos ni asesinados. Otro mundo es posible.
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