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LA
ONU ORDENA MATAR LIBIOS
“Si
las leyes del derecho internacional, la soberanía y la libre autodeterminación
de los pueblos fracasan en países del tercer mundo, es por qué las armas
fascistas e imperialistas la han asesinado, la guerra humanitaria contra libia
es la más vil hipocresía de la doble moral que se anida en el consejo de
seguridad de la ONU”
Por:
Mirko Senda
La
opinión pública mundial parece que ya tiene su veredicto global respecto a “la
guerra humanitaria” desatada por el fascismo y el imperialismo contra el
próspero e insumiso pueblo de Libia: la ONU no sirve como valedora de la paz
mundial y los DD.HH universales, así de directo y claro se indignan los pueblos
libres del mundo, la ONU se ha convertido en el principal obstáculo de países
que buscan la paz y el dialogo democrático verdadero para la resolución de
conflictos como lo ejemplifica Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, la
India, la Unión Africana, etc. que debería ser imitado por otros Estados
soberanos.
La
ONU está llena de burócratas internacionales, asalariados sin escrúpulos que
viven en lujosas mansiones, viajan como turistas en primera clase, se atosigan
en banquetes y aquelarres conspirativos a costa de los sufridos y empobrecidos
pueblos del mundo que no ven ninguna solución a la bestialización de la especie
humana, la deshumanización de la política mundial y la destrucción del planeta.
Debemos reflexionar severamente, si los pueblos del mundo cada cual hemos
elegido un presidente para que nos represente y le pagamos su sueldo exorbitado,
es lógico que le pidamos cuenta de sus resultados.
Considero
no estar lejos de la verdad, pero la ONU comete un flagrante error histórico al
no haber sacado lección después de haber legalizado y avalado la invasión y
destrucción de la Ex Yugoslavia, Irak y Afganistán ningún mea culpa, NI SIGNO DE CONTRICCION NI PROPOSITO DE
ENMIENDA, son incapaces de llevar paz, democracia y libertad en todas las
partes del mundo donde han dado la orden de intervenir bélicamente, eso nos hace
deducir que lo que buscan es todo lo contrario y si es así, fácil es concluir
que solo responden o son instrumentos de hordas fascistas, sionistas e
imperialista que lo único que persiguen es monopolizar su poderío geopolítico y
subyugar o aplastar a quien intente desmarcarse de sus macabros
propósitos.
Lo
que ocurre en Libia NO ES UNA
GUERRA, la gran Jamahiriya Árabe Libia Popular Socialista,
es víctima del terrorismo internacional, legalizado, financiado y armado por la
ONU, todo con la más vil premeditación y cobarde alevosía, hasta el día de hoy
Naciones Unidas no ha demostrado que el Gobierno de Libia masacrara a su pueblo
antes de AUTORIZAR LA MATANZA DE LIBIOS en su malinterpretada
resolución S/RES/ 1973 (2011), adoptada
por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el día 17 de marzo,
supuestamente destinada a establecer una zona de exclusión aérea para proteger a
la población civil, hoy vemos todo lo contrario
han
tomado partido y se han convertido en la fuerza aérea de unos cuantos
terroristas y mercenarios, por ello repito NO ES UNA GUERRA, lo que
ocurre en Libia es una conspiración internacional, una matanza de inocentes
desencadenada por la CIA, el Mossad Israeli y la OTAN que deberán responder ante
la historia por los más de 10,000 muertos hasta la fecha y la destrucción de un
próspero país.
Es
importante resaltar que Libia ocupa
el primer puesto en índice de desarrollo humano de África, con el mejor ingreso
per-capita de toda la zona norte africana $16,800 (incluso más alto que México,
Chile, Brasil y Colombia), los libios cuentan con garantizados derechos
sanitarios gratuitos, el más alto índice de alfabetización, La expectativa de
vida es de 74 años, la tasa de desempleo es del 0%, la mortalidad infantil de 18
por l.000 y el analfabetismo de 5,5%, tienen una insignificante deuda externa de
5.000 millones de dólares, se ubica como el primer país del continente en
reservas petroleras, gasíferas y acuíferas, tercero en producción y de los
principales exportadores a la Unión Europea con 1.6 millones de barriles
diarios, La Autoridad Inversora Libia (LIA) está considerado el 13º mayor fondo
soberano del mundo, cuanta con cerca de 200.000 millones de dólares en reservas
internacionales y 430.000 millones en inversiones entre EEUU y Europa, libia es
solidaria y amiga ha dado trabajo a más de 300,000 inmigrantes Africanos,
Europeos y Asiáticos. TODO ESTO Y MAS LE QUIEREN ROBAR A LOS
LIBIOS.
La
ONU solo representa los intereses del fascismo e imperialismo internacional, su
actuación respecto a libia es ahistórica e indignante por cuanto avala el
neocolonialismo. Su plan lleva la diplomacia hipócrita y criminal, la intervención militar en Libia solo responde a un marcado
interés de dominio geoestratégico y neocolonialista, el siniestro plan pretende
primero el magnicidio, asesinar al Coronel Muhamar Gadaffi, segundo dividir el
territorio libio, tercero instaurar gobiernos títeres que faciliten el saqueo
del petróleo, gas y acuíferos. Esta crisis de valores demuestra que si
las leyes del derecho internacional, la soberanía y la libre autodeterminación
de los pueblos fracasan en países del tercer mundo, es por qué las armas
fascistas e imperialistas la han asesinado sus campañas injerencista contra
países que defienden su soberanía y libre autodeterminación es vergonzante y
condenable, pretende llevar “la paz con bombas”, “democracia con ejércitos y
mercenarios” o el “genocidio
humanitario” contra libia es la más vil hipocresía de la doble moral que se
anida en el consejo de seguridad de la ONU.
Como
toda nación libre, Libia merece respeto, sin injerencia es capaz de resolver sus
conflictos con el dialogo de paz, y al mismo tiempo defender su soberanía, el
orden interno frente a terroristas y mercenarios que asesinan a su pueblo y
pretenden dividir al país. El Coronel Muhamar Gadaffi junto a su pueblo está
dando ejemplo de coherencia y dignidad revolucionaria, es un rebelde y ha
decidido vencer o morir en la lucha y no vivir como esclavos al servicio de los
neocolonialistas.
Es
cuestión de tiempo para que en todo el mundo se desvele los macabros intereses
que desatan el genocidio en Libia y mucho más rápido se gesten Brigadas de Paz
Internacionalista, confió en la emotiva voluntad pacifista Bolivariana para
iniciar la tarea, como lo hizo la solidaridad internacionalista de Cuba en el
continente africano en defensa de la paz y la igualdad. El genocidio fascista y
neocolonialista, es un grave error de las potencias agresoras por cuanto no solo
están forjando su propio desprestigio y destrucción, sino también a su propio
sepulturero: EL HEROICO PUEBLO
LIBIO
Que
no nos falte jamás valor emotivo, la competencia del compromiso para ayudar y
acompañar a los que sufren, a los marginados y explotados, a las víctimas del
terrorismo fascista e imperialista, a los que buscan paz, dignidad y libertad,
hoy todos estamos junto al hermano pueblo de Libia del lado correcto de la
historia, los pueblos del mundo expresamos todo nuestro amor, solidaridad y
amistad internacionalista para obtener la
victoria.
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LA
GUERRA FASCISTA DE LA OTAN
El
líder de la Revolución Cubana rechaza la intervención militar en Libia. Denuncia
que «jamás un país grande o pequeño fue víctima de un ataque tan brutal por la
fuerza aérea de una organización belicista...» y advierte que «si Gaddafi decide
combatir hasta el último aliento junto a los libios, hundirá en el fango de la
ignominia a la OTAN y sus criminales proyectos»
Por:
Fidel Castro Ruz
No
había que ser adivino para saber lo que preví con rigurosa precisión en tres
Reflexiones que publiqué en el sitio Web CubaDebate, entre el 21 de febrero y el
3 de marzo: “El plan de la OTAN es ocupar Libia”, “Danza macabra de cinismo”, y
“La Guerra inevitable de la OTAN”.
Ni
siquiera los líderes fascistas de Alemania e Italia fueron tan sumamente
descarados a raíz de la Guerra Civil Española desatada en 1936, un episodio que
muchos tal vez hayan recordado en estos días.
Han
transcurrido desde entonces casi exactamente 75 años; pero nada que pueda
parecerse a los cambios que han tenido lugar en 75 siglos, o si lo desean, en 75
milenios de la vida humana en nuestro planeta.
A
veces parece que, quienes serenamente opinamos sobre estos temas, somos
exagerados. Me atrevería a decir que más bien somos ingenuos cuando suponemos
que todos debiéramos estar conscientes del engaño o la colosal ignorancia a que
ha sido arrastrada la humanidad.
Existía
en 1936 un intenso enfrentamiento entre dos sistemas y dos ideologías
aproximadamente equiparadas en su poder militar.
Las
armas entonces parecían de juguete comparadas con las actuales. La humanidad
tenía garantizada la supervivencia, a pesar del poder destructivo y localmente
mortífero de las mismas. Ciudades
enteras, e incluso naciones, podían ser virtualmente arrasadas. Pero jamás los
seres humanos, en su totalidad, podían ser varias veces exterminados por el
estúpido y suicida poder desarrollado por las ciencias y las tecnologías
actuales.
Partiendo
de estas realidades, son bochornosas las noticias que se transmiten
continuamente sobre el empleo de potentes cohetes dirigidos por láser, de total
precisión; cazabombarderos que duplican la velocidad del sonido; potentes
explosivos que hacen estallar metales endurecidos con uranio, cuyo efecto sobre
los pobladores y sus descendientes perdura por tiempo
indefinido.
Cuba
expuso en la reunión de Ginebra su posición respecto al problema interno de
Libia. Defendió sin vacilar la idea de una solución política al conflicto en ese
país, y se opuso categóricamente a cualquier intervención militar
extranjera.
En
un mundo donde la alianza de Estados Unidos y las potencias capitalistas
desarrolladas de Europa, se adueña cada vez más de los recursos y el fruto del
trabajo de los pueblos, cualquier ciudadano honesto, sea cual fuere su posición
ante el gobierno, se opondría a la intervención militar extranjera en su
Patria.
Lo
más absurdo de la situación actual es que antes de iniciarse la brutal guerra en
el Norte de África, en otra región del mundo a casi 10 000 kilómetros de
distancia, se había producido un accidente nuclear en uno de los puntos más
densamente poblados del planeta tras un tsunami provocado por un terremoto de
magnitud 9 que a un país laborioso como Japón ha costado ya casi 30 mil víctimas
fatales. Tal accidente no habría podido producirse 75 años
antes.
En
Haití, un país pobre y subdesarrollado, un terremoto de apenas 7 grados en la
escala de Richter ocasionó más de 300 mil muertos, incontables heridos y cientos
de miles de lesionados.
Sin
embargo, lo terriblemente trágico en Japón fue el accidente en la planta
electronuclear de Fukushima, cuyas consecuencias están todavía por
determinarse.
Citaré
solo algunos titulares de las agencias noticiosas:
“ANSA.-
La central nuclear de Fukushima 1 está difundiendo "radiaciones extremadamente
fuertes, potencialmente letales", dijo Gregory Jaczko, jefe de la Nuclear
Regulatory Commission (NRC), el ente nuclear
estadounidense.”
“EFE.-
La amenaza nuclear por la crítica situación de una central en Japón tras el
sismo, ha disparado las revisiones de la seguridad de las plantas atómicas en el
mundo y ha llevado a algunos países a paralizar sus
planes.”
“Reuters.-
El devastador terremoto de Japón y la profundización de la crisis nuclear podría
generar pérdidas de hasta 200.000 millones de dólares en su economía, pero el
impacto global es difícil de evaluar por el momento.”
“EFE.-
El deterioro de un reactor tras otro en la central de Fukushima siguió
alimentando hoy el temor a un desastre nuclear en Japón, sin que los
desesperados intentos para controlar una fuga radiactiva abrieran un resquicio a
la esperanza.”
“AFP.-
Emperador Akihito expresa preocupación por el carácter imprevisible de la crisis
nuclear que golpea a Japón tras el sismo y el tsunami que mataron a miles de
personas y dejaron a 500.000 sin hogar. Reportan nuevo terremoto en la región de
Tokio.”
Hay
despachos que hablan de temas más preocupantes todavía. Algunos mencionan la
presencia de yodo radiactivo tóxico en el agua de Tokio, que duplica la cantidad
tolerable que pueden consumir los niños más pequeños en la capital japonesa. Uno
de los despachos habla que las reservas de agua embotellada se están agotando en
Tokio, ciudad ubicada en una prefectura a más de 200 kilómetros de
Fukushima.
Este
conjunto de circunstancias determinan una situación dramática para nuestro
mundo.
Puedo
expresar mis puntos de vista sobre la guerra en Libia con entera
libertad.
No
comparto con el líder de ese país concepciones políticas o de carácter
religioso. Soy marxista-leninista y martiano, como ya he
expresado.
Veo
a Libia como un miembro del Movimiento de Países No Alineados y un Estado
soberano de los casi 200 de la Organización de Naciones
Unidas.
Jamás
un país grande o pequeño, en este caso de apenas 5 millones de habitantes, fue
víctima de un ataque tan brutal por la fuerza aérea de una organización
belicista que cuenta con miles de cazabombarderos, más de 100 submarinos,
portaaviones nucleares, y suficiente arsenal para destruir numerosas veces el
planeta. Tal situación jamás la conoció nuestra especie y no existía nada
parecido hace 75 años cuando los bombarderos nazis atacaron objetivos en
España.
Ahora,
sin embargo, la desprestigiada y criminal OTAN escribirá una “bella” historieta
sobre su “humanitario” bombardeo.
Si
Gaddafi hace honor a las tradiciones de su pueblo y decide combatir, como ha
prometido, hasta el último aliento junto a los libios que están enfrentando los
peores bombardeos que jamás sufrió un país, hundirá en el fango de la ignominia
a la OTAN y sus criminales proyectos.
Los
pueblos respetan y creen en los hombres que saben cumplir el
deber.
Hace
más de 50 años, cuando Estados Unidos asesinó a más de cien cubanos con la
explosión del mercante “La Coubre”, nuestro pueblo proclamó “Patria o Muerte”.
Ha cumplido, y ha estado siempre dispuesto a cumplir su
palabra.
“Quien
intente apoderarse de Cuba ―exclamó el más glorioso combatiente de nuestra
historia― solo recogerá el polvo de su suelo anegado en
sangre”.
Ruego
se me excuse la franqueza con que abordo el
tema.
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LIBIA:
LA DESINFORMACION
ES
UN CRIMEN CONTRA LA HUMANIDAD
Por:
Stella Calloni
La
desinformación sobre lo que sucede en Libia es una de las más emblemáticas de
los últimos años, porque en esta ocasión -y quizás sólo valga recordar la
ilegalidad de la guerra contra la ex Yugoslavia y la liviandad de alguna prensa
e intelectuales “progresistas”- la mentira y falsedades no sólo son transmitidas
por los medios, mayoritariamente en manos del poder hegemónico mundial, sino por
muchos de los llamados alternativos.
Incluso
curiosamente se habla de que se está transmitiendo “informativamente en forma
directa” los acontecimientos en Libia, pero se lo hace desde París, por ejemplo,
sin que nadie haga una observación objetiva sobre esto. ¿Es posible transmitir
los gravísimos sucesos en Libia desde París, Madrid o cualquier capital
europea?
Es
imposible. Sólo estando en el terreno es que se pueden seguir las alternativas
de la guerra o en todo caso informarse por quienes están en el lugar, incluyendo
diplomáticos de todos los países, a los que hay que recurrir para evitar dar
sólo la versión de los “aliados”.
Un
ejemplo. Leo hoy en un medio local que la oposición dice que el gobierno libio
ha matado ocho mil personas. ¿Quién lo dice? ¿Cuáles y dónde están los líderes
de los rebeldes, que aparecen por primera vez en su historia y que no se
conocen? Es esta la rebelión más curiosa a la que se le adjudica ser mayoritaria
en el país, y “popular”.
Se
habló en el escaso tiempo de unos días de este “levantamiento” en zona clave
petrolera y de los bombardeos libios contra los “rebeldes”, pero China y Rusia
han advertido que no han sido registrados en ninguna pantalla, ni celular, ni
cámaras de esas que en manos rebeldes podían registrar plenamente un
bombardeo.
Un
día alguien aparece como líder del Comité de Transmisión, pero a los pocos días
desaparece y de repente aparece otro y estos “grupos de oposición” fantasma
hacen conferencias con el gobierno de Francia y otros. Nadie conoce el objetivo,
las demandas de “los rebeldes” salvo que quieren derrocar a Khadafi, como
quieren hacerlo precisamente sus aliados en esta causa y no sólo por el
petróleo, sino que es también un avance geoestratégico en una zona que Estados
Unidos y su socio cercano Israel intentan poner definitivamente bajo su
control.
En
la historia de los “levantamientos populares” nunca habíamos registrado una
situación parecida.
Y
¿en que se basan los medios para informar precisiones tales como los supuestos
muertos en las filas de los llamados rebeldes? He leído en otro medio que el
gobierno de Muanmar El Khadafi seguía bombardeando a los “rebeldes”, mientras la
coalición bombardeaba distintos lugares en Libia. ¿De dónde les llega la
información? ¿De Francia, de Roma, de Londres, de Washington? Porque entonces
precisamente los aliados no estaban asegurando el lugar convenido con la ONU ,
en una zona de exclusión para los aviones libios. ¿Y qué se espera que digan los
periodistas ubicados en esos estratégicos” lugares?
Lo
que tienen que decir es lo que abunda, la necesaria desinformación de los
aliados en esta Odisea del Amanecer, que lamentablemente sepultó lo poco que
quedaba de esperanza en Naciones Unidas. Estos “aliados” necesitan como el agua
sostener sus argumentos falsos.
Porque
es falso, absolutamente falso, que no tenían otra alternativa para los sucesos
de Libia. Y porque ni siquiera tenían una precisión de lo que realmente estaba
sucediendo y, como han señalado varios diplomáticos entre ellos turcos, no
esperaron a tener mayores datos fidedignos sobre la situación y apresuraron la
resolución de la ONU.
Luego,
como si hubieran estado esperando en el pasillo con todas sus armas en las
manos, en horas lanzaron sus ataques. El esquema para una zona de exclusión,
especialmente en una conjunción de “aliados”, no es cosa de minutos. Cualquier
militar lo sabe y especialmente si se va a actuar con
responsabilidad.
No
la hubo en ningún momento. Los ataques contra objetivos en Libia, que alcanzaron
mayoritariamente a zonas civiles comenzaron sin haber probado siquiera el
funcionamiento de la zona de exclusión. Y no se habían arbitrado los medios
necesarios para evitar tomar medidas más drásticas.
Qué
cambio de humor europeo cuando hacía tan poco tiempo sus gobernantes habían
recibido a Khadafi, después de años de enfrentamientos y no como dicen algunos
“analistas” -inventados por la circunstancia- que siempre fueron “amigos” del
gobernante libio. Todo lo contrario.
La
diplomacia europea y la confusión y las diferencias dentro del propio gobierno
libio posibilitaron una relación ventajosa entre los gobiernos europeos y
Khadafi, a los que este vendía la mayor cantidad de petróleo comparado con lo
que exportaba a Estados Unidos.
Y
si el petróleo está detrás de esta diligencia con que se actúa contra un país,
sin tener mayo cantidad de información, ni tomarse el tiempo para el análisis,
vuelve a repetirse un hecho que será gravitante para los pueblos europeos en el
futuro.
Y
repito aquí los párrafos de una nota que escribí
anteriormente.
A
principios de 2004 el analista estadounidense Paul Harris (Soberanía, Info.
2004) establecía que “El verdadero objetivo de la guerra de Estados Unidos
contra Irak es la competencia de ese país contra el euro. Hay muchas razones
para la obsesión de George Bush”
Harris
ya había mencionado que la acción contra Irak, era en realidad contra Europa.
“Siempre que una nación decide ir a la guerra se hacen planes sobre quién ganará
y quién perderá; nadie va a la guerra esperando perder, pero no siempre el
blanco obvio de la agresión es el verdadero motivo de la guerra. A veces no se
trata de lo que esperas ganar de una guerra sino, más bien, de lo que otro
pierde; y no tiene por qué ser tu enemigo declarado quien cargará con las
pérdidas” En ese caso pronosticaba Harris la víctima esperada por Bush era la
economía europea, “la cual es robusta y probablemente se haga más fuerte en el
futuro cercano”
Y
analizaba que la entrada de Gran Bretaña en la Unión Europea era inevitable, que
Escandinavia se unirá más temprano que tarde. Ya, incluso en esos países, habrá
diez nuevas naciones miembros en Mayo de 2004, lo cual inflará el PIB de la
Unión Europea a cerca de $9.6 trillones, con 450 millones de personas, en
contraste con $10.5 trillones y 280 millones de personas en los EE.UU. Esto
representa un bloque formidable de competencia para los EE.UU. pero la situación
es mucho más compleja de lo que revelan estos números y mucho de ello depende
del futuro de Irak”..
Recordaba
que si bien el control del petróleo estaba detrás de la guerra contra Irak, el
impulso real no eran las enormes reservas sin explotar en ese país ni “tanto el
deseo de EE.UU. de poner sus sucias manos sobre ese petróleo. Es mas bien por
las sucias manos que los norteamericanos quieren mantener alejadas de
él”.
Tampoco
habían precipitado estas acciones los sospechosos atentados que derrumbaron o
implosionaron las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, ni que Washington
considerara que Saddam Hussein era un monstruo, sino que “lo que precipitó esto
es que el 6 de Noviembre de 2000 Irak decidió cambiar al euro la moneda con la
cual hacía sus transacciones petroleras. Esta declaración política se hizo y la
depreciación constante del dólar contra el euro desde entonces, significó que
Irak obtuviera buenas ganancias al cambiar sus reservas y su divisa para hacer
transacciones”.
La
pregunta que surgió y que se hizo George Bush, es: “¿Qué pasaría si la OPEP , de
repente se cambia al euro? Si la OPEP siguiera el ejemplo de Irak y empezara a
negociar petróleo en euros sucedería una explosión económica y las naciones
consumidoras de petróleo tendrían que hacer salir sus dólares de las reservas de
sus bancos centrales y reemplazarlos por euros. El valor del dólar se vendría
abajo y las consecuencias serían las que podrían esperarse de cualquier colapso
de divisa e inflación masiva. Los fondos extranjeros podrían salir
atropelladamente del mercado de valores norteamericano y habría una huida de los
bancos de los activos en dólares como la de 1930; el déficit presupuestario s
incumpliría y así sucesivamente”. En suma la debacle afectaría a Japón, lo que a
su vez arrastraría más duramente a Estados Unidos.
También
el objetivo de la guerra de Bush fue amenazar con tomar acciones significativas
contra cualquiera de los productores de petróleo que pudieran cambiarse al euro.
“Era el euro y por supuesto, Europa el objetivo. USA no va a cruzarse de brazos
tranquilamente y dejar a esos advenedizos europeos tomar las riendas de su
destino y mucho menos de las finanzas del mundo” concluía Harris, quien hizo un
estudio detallado de cómo se había impuesto el dólar desde el final de la
Segunda Guerra Mundial y como “la fuerza del dólar desde 1945” residió en ser la
divisa internacional para las transacciones petroleras globales (es decir,
"petro-dólar").
La
invasión en Irak encerró detrás este otro golpe encubierto para impedir el
rotundo fortalecimiento de Europa y también la idea de debilitar organismos
desafiantes en manos nuevas, como sucede con la OPEP y los esfuerzos del
presidente venezolano Hugo Chávez, para independizar la política
petrolera.
Hay
demasiado detrás de cualquier acción bélica tan brutal como esta. Ya se conocen
las mentiras y falsos argumentos que se usaron para invadir y ocupar Irak,
incluso Afganistán. Pero ¿a quien le importa? ¿Acaso a la ONU le preocupó el
genocidio que continúa en Afganistán e Irak? La ocupación es un “hecho
consumado” al estilo Hitler.
Nadie
pregunta porqué se comenzó bombardeando y no estableciendo la zona de exclusión,
todo lo cuál también es ilegal en esta circunstancia, pero usando la lógica de
los guerreristas -y su obligación de cumplir al menos para la galería de
observadores- el primer y exclusivo paso que era establecer el corredor aéreo
que impediría los presuntos bombardeos libios sobre “los
rebeldes”.
Es
absolutamente falso el “humanitarismo” de los que torturaron despiadadamente,
mataron, asesinaron y violaron a niños, mujeres y hombres en Irak y Afganistán.
Es falso el “humanitarismo” de los que mantienen una cárcel de experimentos que
degrada la condición del ser humano en la base militar de Guantánamo, territorio
cubano usurpado por Estados Unidos.
Y
mientras todo eso sigue sucediendo y el “humanitarismo” de Washington y sus
aliados, Estados Unidos corre, como lo hicieron en toda la historia de América
Latina a apoyar y financiar a los terroristas de Estado de todas las dictaduras,
y lo siguen haciendo como en Honduras, donde disfrazan un gobierno nacido del
golpismo como una democracia, mientras se continúa asesinando a decenas de
campesinos, trabajadores, profesionales, maestros y entre ellos 11 periodistas
en pocos meses. Pero también en Colombia, donde Estados Unidos oculta a su
pueblo que ellos arman a los paramilitares y un ejército como el colombiano que
ejerce terrorismo de Estado en el territorio de su país.
En
Colombia se denuncian 250 mil desapariciones forzadas bajo esos terrorismos de
Estado encubiertos y cada semana mueren más personas de las que murieron en todo
el tiempo que duró la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, como demostraron
organismos de Derechos Humanos en Ginebra.
Sería
largo enumerar los siniestros “humanitarismos” del imperio, y también la
impunidad que les asiste. No hay un solo condenado en Estados Unidos por estos
crímenes. En reemplazo de la justicia verdadera, cada tanto se condena a uno o
dos soldados como autores de crímenes como los que se han conocido por
fotografías en Irak y Afganistán.
Estos
soldados y oficiales jugando con los cadáveres de sus víctimas o posando junto a
los muertos en torturas sonriendo, lo que es de una perversión sobrecogedora,
están entrenados para eso.
Oficiales
de Estados Unidos declaran públicamente que finalmente han logrado que "el
reflejo condicionado de sus soldados sea matar”.
¿Investiga
alguien cómo es el entrenamiento brutal de las tropas en Estados Unidos? ¿Se
interesa alguien por los documentales que incluso suelen exhibirse en la TV
común, para constatar que estos entrenamientos suponen humillaciones y torturas
para los soldados propios con el fin de “fortalecerlos”, según dicen los
manuales?
¿Cómo
son las siluetas que se usan para los entrenamientos de tiro en los cuarteles
estadounidenses? Son figuras de árabes, negros, mestizos, indios, y junto a
ellos gorilas y otros animales.
Y
este es el mensaje. Lo que están matando sus soldados no son seres humanos,
somos el mundo del bestiario que el colonialismo brutal nos ha
designado.
Es
por todo esto que, la irresponsabilidad por una parte y la complicidad por la
otra, en la información que se transmite es tan criminal como el disparo que
mata.
Y
por eso se da entidad de “rebeldes” a grupos cuyos orígenes y objetivos no se
conocen. Se puede estar defendiendo a mercenarios que son la última “moda” de la
guerra preventiva, sin fronteras y sin fin,
Mercenarios
reunidos por los caminos del mundo, como los que mandaron contra Angola, que
eran revindicados como héroes o contra Nicaragua en los años 80. Esos hombres,
soldados de fortuna, perros de la guerra, que usan las tropas de ocupación en
Irak y Afganistán, contra una población indefensa no le preocupan a "los
humanitarios" de la ONU.
La
hipocresía salvaje de estos tiempos es una afrenta para la humanidad, que
mientras esto siga sucediendo está bajo una grave amenaza y por eso recuperar la
palabra y agitarla es una cuestión de resistencia contra el salvajismo y la
muerte.
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LIBIA
RECORDANDO A IRAK
UN
MILLÓN DE MUERTOS DESPUÉS
Por:
Azalea Robles
La historia se
repite, estamos frente a otro gran genocidio contra Libia. Irak sufrió dos
grandes arremetidas por parte de los “aliados” y sus organizaciones de
legitimación de los crímenes contra la humanidad (ONU- CPI).
La primera
arremetida genocida contra Irak
Todavía recordamos las imágenes difundidas por CNN,
Euronews y todas las fábricas de mentiras: una de las mentiras más gruesas fue
la de la falsa "enfermera kuwaití" contando cómo las tropas irakíes habían
llegado al hospital en el que supuestamente ella trabajaba, y habían asesinado a
decenas de bebés: “Ellos sacaron a los bebés de las incubadoras, rompieron las
incubadoras, y dejaron a los bebés morir sobre el piso frío”... (1) Este
"testimonio" fue para justificar la primera invasión de Irak. Pero la llamada
enfermera no era tal: era la hija del embajador de Kuwait en Washington, Saud
Nasir al-Sabah, Nayirah al-Sabah, que se había prestado a un trabajo de
manipulación del gobierno de Bush para llevar a cabo una propaganda masiva para
apoyar la guerra en Irak. Se supo que Nayirah no fue testigo de nada en Kuwait:
estaba en Estados Unidos en esas fechas, tampoco era enfermera y la clínica que
mencionaba como lugar del infanticidio, tampoco existía.
· La segunda
arremetida contra Irak y la mentira de las armas de destrucción
masiva
La segunda invasión contra Irak fue justificada con otra
mentira gruesa: las armas de destrucción masiva. La mentira de las “armas de
destrucción masiva” fue llevada a cabo pese al desmentido de algunos científicos
observadores como David Kelly que misteriosamente “se suicidó” en vísperas de
una conferencia de prensa, el 17 de julio de 2003 (2). Kelly pretendía divulgar
que el informe de enero de 2002 en el que los servicios secretos británicos
atestiguaban que Irak disponía de armas de destrucción masiva no fue más que un
truco del equipo del primer ministro británico para proporcionar al propio Blair
una justificación para invadir Irak. Finalmente resultó que las armas iraquíes
de destrucción masiva no existían y que el doctor Kelly, así como el gobierno
irakí, decían la verdad. La Invasión de Irak ha costado más de un millón de
muertos, dejando al pueblo irakí en la ruina, con los sistemas de aguas y
sanidad destruidos: empobrecido hasta la médula, mientras las multinacionales
saquean el petróleo a diario. Irak aún vive bajo ocupación estadounidense:
campean los ocupantes con sus bases militares y mantienen un gobierno
manifiestamente articulado por la mano estadounidense. El pueblo irakí tiene que
afrontar el aumento exponencial de la leucemia y las malformaciones genéticas
debidas al uranio empobrecido usado por los invasores en las toneladas de bombas
y misiles con que destruyeron Irak.
Por otro lado los más de 400.000 documentos
desclasificados del Propio Pentágono ilustran acerca de las prácticas de tortura
del ejército estadounidense: asesinatos de civiles, mutilaciones, torturas,
violaciones sexuales. Carlos Fazio señala acerca de las revelaciones de dichos
documentos que: “Estamos hablando de que desde el 2001, desde las Torres
Gemelas, Estados Unidos se convirtió en un Estado terrorista que practica a
escala mundial lo que desde los años sesenta se practica en América Latina pero
utilizando a los ejércitos locales como ejércitos de ocupación en sus propios
países. Estados Unidos les hacía practicar la tortura de manera sistemática, e
introdujo escuadrones de la muerte. Todo esto aparece en Irak y en Afganistán.
Tenemos que recordar que lo que se puso y se pone en práctica en Afganistán y en
Irak antes se experimentó en Colombia. Colombia en los últimos 15 años ha sido
el laboratorio de esta guerra sucia, de esta guerra asimétrica del Pentágono. Y
estas revelaciones acera de la práctica sistemática de la tortura, de las
ejecuciones sumarias, también hablan del mercenarismo (paramilitarismo), hablan
de la empresa Black Water que son contratistas de seguridad privada que han
ametrallado población civil y ejecutado a varios civiles. (…) Esto es lo que se
practica en Colombia y es lo que se está practicando en la actualidad en México
con el apoyo del Pentágono(3).
Ahora los paladines de los “bombardeos humanitarios”
repiten la misma operación criminal contra el pueblo Libio: bombardeos,
mercenarios, mentiras.
NOTAS:*El
presente texto forma parte de “Las notas de Azalea”, que son apartes de sus
textos largos. Es un aparte del texto “Libia invasión para el saqueo: con
bombardeos y uranio humanitario” de Azalea Robles
(1)La mentira de la falsa enfermera de
Kuwait:
http://laterceraguerramundial.blogspot.com/2009/09/el-caso-de-la-enfermera-de-kawait.htmlhttp://www.analitica.com/bitblio/ramonet/mentiras.asp
Irak, un millón de muertos
después
http://www.youtube.com/watch?v=TJee02Elrkk
(2) La mentira de las “armas de destrucción masiva”
contra Irak y el científico DAVID KELLY:
http://www.voltairenet.org/article155249.html
MENTIRAS SOBRE IRAK: 2da
agresiónhttp://www.youtube.com/watch?v=XJ9coL2mKds
Las grandes mentiras de Aznar y Bush sobre
Irak
http://www.youtube.com/watch?v=KQ0w8kI_OsU&feature=related
Mentiras sobre Irak, más de 4000 documentos
desclasificados por el Pentágono:
(3)Asesinatos de civiles, mutilaciones, tortura
perpetrada por el ejército estadounidense contra irakíes, afganos (...)
DESTRUCCION
DE COMPLEJO MILITAR EN LIBIA
http://www.youtube.com/watch?v=KeSbNB8a6OQ
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LIBIA,
DÉJAME BOMBARDEARTE EN PAZ
Por:
Pepe Escobar
Si
el anterior supremo del Pentágono, el “conocido desconocido” Donald Rumsfeld,
estuviera aún en el negocio, no pararía de quejarse de que Libia no ofrezca
objetivos bombardeables, al igual que Afganistán en 2001. Por muy lejos que se
apreste a llegar el atolladero estadounidense, Libia es mucho más grande que
Vietnam, Iraq y Afganistán juntos. Aunque los posibles “objetivos” se concentran
en unas cuantas ciudades a lo largo de la costa
mediterránea.
El
despliegue de Tomahawks que Barak Obama lanzó sobre las fuerzas de Muamar Gadafi
(y sobre unas cuantas instalaciones) se acabó; ahora le toca a la Organización
del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) imponer la “acción militar cinética”
(neolengua de la Casa Blanca) para así forzar el
“cambio de régimen”. Y en un perfecto momento Tag Heuer,
el desastre está servido. A la OTAN le encantaría bombardear todo lo que
aparezca ante su vista al estilo “conmoción y pavor”, pero no puede. No puede,
ni siquiera, identificar en sus rádares a las fuerzas de
Gadafi.
Tú
no permaneces en el poder a lo largo de cuatro décadas en un país en desarrollo
sin aprender uno o dos trucos militares de ilustres predecesores, como el chino
Mao Zedong y el vietnamita Ho Chi Minh, por no mencionar a chapuceros como Sadam
Husein en Iraq. Gadafi, tras aprender la lección de que no debía dejar sus
tanques como patos sentados al sol en el desierto para que la “coalición de los
bien dispuestos” (unos cuantos miembros de la OTAN + Qatar) los bombardearan a
placer, está ahora combatiendo contra los “rebeldes” al estilo guerrilla con
blindaje ligero
La
respuesta de la OTAN era más de prever que esos puntos muertos multilingües de
cada día en Bruselas: acusaciones de que Gadafi está utilizando escudos humanos,
o que han “dispersado” sus tanques de un extremo a otro dentro del perímetro de
la ciudad. Traducción: la guerra aérea de los Tornado/Rafale de la OTAN es
inútil, a menos que puedas bombardear una columna de tanques resplandecientes
bajo el sol del desierto.
Si
la OTAN está furiosa, esa variopinta pandilla conocida como los “rebeldes” está
aún más furiosa, acusando a la OTAN de ser incapaces de un bombardeo en alfombra
de sus propias ciudades. Esto prueba que a esos mismos “rebeldes” -que están
prácticamente mendigándole a Occidente que haga el trabajo sucio- les importa un
ardite los “daños colaterales” entre ellos mismos. Una cosa es verdad: si la
OTAN hiciera lo que los “rebeldes” quieren que haga, los daños colaterales
serían de espanto. Y la opinión pública europea se desactivaría ante esa acción
“cinética” de cambio de régimen.
El
circo montado es un ejemplo más de cómo esta guerra no es una guerra sino una
farsa en realidad. Los franceses y los británicos han comprado especialmente su
propio bombo y platillo de que el régimen de Gadafi se está desmoronando.
También han comprado su propia alharaca de que toda esa mezcolanza de ex leales
a Gadafi, exiliados de poco fiar,yihadistas vinculados con al-Qaida, oportunistas de los
negocios y jóvenes verdaderamente revolucionarios tienen coherencia militar y
política y que son realmente representativos de toda
Libia.
En
Londres, Religare Capital Markets apuntó hace pocas semanas que había una
probabilidad de un 75% de llegar a un punto muerto en Libia (con el crudo Brent
alcanzando los 130$ USA por barril). Parece que el libertador francés de los
árabes, el Presidente Nicolas Sarkozy, y su cohorte británico, el Primer
Ministro David Cameron, no figuran en su lista de lecturas
recomendadas.
Y
así aparece la brillante nueva idea de que la OTAN no tenga un papel central y
que sean antiguas fuerzas especiales británicas las que entrenen a los rebeldes
para que se conviertan en una máquina de combate ágil y eficiente, como si esto
pudiera lograrse en cuestión de días o semanas, antes de un alto el
fuego.
La
guerra que en efecto nadie quiere, excepto Sarko y Cameron, se está esfumando
como si fuera una espantosa nueva versión de “Los
Tres Chiflados”
(se abre la veda para nominar al tercer chiflado). Eso es lo que se consigue
cuando tomas parte en una guerra civil africana donde incluso los “buenos” son
más turbios que las aguas del Golfo de México. El condominio
Pentágono/administración Obama ha eliminado del campo todo su hardware último
grito. “Misión ¡uy,
qué yuyu!” es el nombre del
juego.
Al
menos en Serbia, la OTAN sabía lo que estaba haciendo. Apoyaba a un “ejército de
liberación” (el ELK, Ejército de Liberación de Kosovo) infectado de asesinos y
traficantes de la droga; bombardearon compañías estatales (no privadas), bombas
de racimo y uranio empobrecido incluidos, para que las corporaciones
multinacionales pudieran abrirse paso y que el Pentágono levantara una inmensa
base militar (Campo Bondsteel) para vigilar su
protectorado.
Teóricamente,
la resolución 1973 de las Naciones Unidas no permite que la OTAN vaya mucho más
lejos. Los miembros occidentales de esa “coalición de los bien dispuestos”,
sobre todo los británicos y franceses, por no mencionar al Pentágono, no paran
de rezar para que al final del túnel se encuentren con un montón de petróleo y
una base estratégica del AFRICOM/OTAN en el norte de África. Pero no hay nada
seguro.
La
última esperanza de cordura en todo este caos podría venir de la mano de
Turquía. Su Primer Ministro, Recep Tayyip Erdogan, ha propuesto su versión de
hoja de ruta para la paz, estableciendo corredores de ayuda humanitaria y que la
democracia vaya avanzando por etapas. Turquía está conversando con ambas partes
y no postula abiertamente el cambio de régimen. En Qatar -que, como ya hemos
informado, está profundamente implicado en guiar la “transición” en Libia-, el
próximo miércoles, unos cuantos europeos, EEUU, unos pocos estados clientelistas
de EEUU de Oriente Medio y otras tantas entidades internacionales serán quienes
discutan la mencionada hoja de ruta.
Vamos
a esperar. Actualmente, cualquier hoja de ruta acabaría con los bombardeos de la
OTAN.
LA
GUERRA HUMANITARIA EN
LIBIA
|
DEMONIZANDO
A LIBIA
Por:
Mumía Abú-Jamal
Es
una medida del poderío militar de los Estados Unidos y de lo pobre que son los
medios de comunicación, que el país desata guerras contra pueblos y países de
los cuales no sabe nada.
Aparentemente
todo lo que se necesita es una campaña de los medios llamando a alguien,
monstruo, o asesino, o llamarlo con ese nombre que lo justifica todo: Hitler; y
bombarderos empiezan a cruzar los cielos.
Estados Unidos hace la guerra, es castigado por eso o
vencido; promete no volverlo a hacer, y, naturalmente, lo hace otra vez... y
otra vez.
Cuando los ejércitos norteamericanos atacaron Vietnam
(basados en una mentira sobre un supuesto ataque en el Golfo de Tonkín), lo hizo
casi como algo pasajero; para ayudar a un aliado europeo que había sido
derrotado, (Francia), y en apoyo de lo que estudiosos y analistas llamaron, "la
teoría del dominó," como si, si Vietnam "caía," todo Asia inmediatamente caería
--como en un juego de dominó.
Esa teoría, como muchas otras que apoyan guerras
Imperiales, era falsa. Décadas después, uno de los más importantes halcones de
la guerra, el Secretario de Defensa, Robert McNamara, el Extraño, admitiría que
los líderes norteamericanos sabían poco, casi nada, sobre Vietnam, su idioma,
historia o su cultura, y que tal ignorancia hizo virtualmente imposible la
victoria.
Después, Somalia. Después...
Irak.
Y ahora Libia. ¿Cuántos de nosotros sabe algo sobre la
guerra interna en Libia a causa de conflictos entre tribus? ¿Que una de las
tribus más grandes del Este, los Senussi, perdió el poder y la influencia cuando
el Rey Idris fué derrocado, en 1969, por el Movimiento de los Oficiales Libres,
del cual el Coronel Kaddafi era parte? ¿Cuántos saben que muchos de ellos no
quieren democracia, sino restaurar la vieja
monarquía?
¿Que durante las rebeliones iniciales muchas banderas
flamearon en la Casa de Idris -- un títere de occidente como lo fueron Farouk de
Egipto o el Sha de Irán?
¿No les parece extraño que las así llamadas democracias
occidentales estén defendiendo a reyes?
Oh -- y la atrasada y pobre Libya. ¿Sabía que Libya tiene
el más alto Producto Nacional Bruto, PNB, per capita, en Africa -más alto que
Sudáfrica? ¿O que tiene uno de los más bajos niveles de analfabetismo en el
mundo Arabe? (Casi un 20% más bajo que Egipto.)
Yo tampoco lo sabía. Lo leí en una publicación británica
relativamente oscura. Y para comprobarlo, lo investigué.
Nosotros no lo sabemos, porque no es del interés de las
fuerzas corporativas que son dueñas y usan los medios, o porque no es importante
que nosotros lo sepamos.
10 años después que empezó la guerra en Afganistán, y 8
años desde que comenzó la guerra en Irak, y no hemos aprendido absolutamente
nada!
Mumia Abu-Jamal (nacido con el nombre de Wesley Cook el
24 de abril de 1954) es un periodista y activista político negro estadounidense,
acusado del asesinato del policía Daniel Faulkner y sentenciado a muerte en
1982. Su caso ha generado campañas masivas por su liberación en Estados Unidos y
el resto del mundo y las fraternidades policiacas estadounidenses han buscado
activamente acelerar su ejecución. Técnicamente, estuvo esperando ser ejecutado
entre 1982 y diciembre de 2001, cuando el juez federal de distrito William Yohn
revocó la pena de muerte de Jamal. Sin embargo, Yohn reafirmó los cargos contra
Jamal, condenándolo a cadena perpetua. El 27 de marzo de 2008, un tribunal
estadounidense ordenó revisar la condena a muerte.
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ESTADOS
UNIDOS Y ALIADOS
COMETEN
CRÍMENES MONSTRUOSOS EN LIBIA
Por: Miguel Urbano Rodrigues
Los Estados Unidos y sus aliados repiten en Libia crímenes contra la
humanidad similares a los cometidos en Irak y Afganistán.
La agresión al pueblo libio difiere de las otras apenas porque el
discurso que pretende justificarla, respecto a la hipocresía excede lo
imaginable.
Por la mentira y perfidia, el montaje previo trae a la memoria
los concebidos por Hitler en la preparación de la anexión de Austria y de las
campañas que precedieron a la invasión a Checoslovaquia y a Polonia.
Michel Chossudovsky, James Petras y otros escritores progresistas
-citando fuentes confiables- revelaron en sucesivos artículos que la rebelión de
Benghazi fue concebida con mucha antelación, muy minuciosamente, y alertaron
sobre el papel decisivo desempeñado en ella por los servicios de inteligencia de
los Estados Unidos y del Reino Unido.
La supuesta duda de los Estados Unidos en apoyar la resolución del
Consejo de Seguridad de la ONU que creó la llamada «zona de exclusión aérea», y
posteriormente en asumir la «coordinación de las operaciones militares» fue
también una grosera mentira. Farsa idéntica caracterizó el debate en torno a la
transferencia hacia la OTAN del comando de operación llamado «Amanecer de
Odisea», título que ofende el nombre y la epopeya del héroe de
Homero.
El Pentágono tenía elaborado planes de intervención militar en Libia
mucho antes de las primeras manifestaciones en Benghazi, cuando allí aparecieron
las banderas de la monarquía fantoche inventada por los ingleses después de la
expulsión de los italianos. Todo eso se estima está descrito en documentos
(algunos contenidos en correspondencia diplomática divulgada por Wikileaks) que
ahora comienzan a hacerse públicos por webs alternativas.
LOS CRÍMENES ENCUBIERTOS
Los discursos de los responsables de la agresión al pueblo libio y la
torrencial y ominosa campaña de desinformación montada por los grandes media
occidentales, empeñados en la defensa y apología de la intervención militar, son
diariamente desmentidos por la tragedia que se abate sobre Tripolitania, o sea
el occidente del país controlado por el gobierno.
Hoy ya no es posible desmentir más que el texto de la resolución del
Consejo de Seguridad -que no hubiera sido aprobada sin la cómplice abstención de
Rusia y China– fue violado desafiantemente por los estados
agresores.
Los ataques aéreos no estaban previstos. Pero fueron inmediatamente
desencadenados por la fuerza aérea francesa y por los buques de guerra de los
Estados Unidos y del Reino Unido que, en un tiempo mínimo, dispararon más de una
centena de misiles Tomahwac sobre blancos muy diferenciados.
Repetidamente los gobernantes de los Estados Unidos y del Reino
Unido, de Francia y de Italia han afirmado que la «intervención es humanitaria»
para proteger a la población, y que los «daños colaterales» por ella provocados
son mínimos.
Mienten consciente y descaradamente.
Las «bombas inteligentes» no son ciegas. Con gran precisión han
alcanzado depósitos de combustibles y de productos tóxicos, puentes, puertos,
edificios públicos, cuarteles, fábricas, centrales eléctricas, sedes de
televisoras y de periódicos. Redujeron a escombros la residencia principal de
Muamar El Gadafi.
Un objetivo transparente fue la destrucción de la infraestructura
productiva de Libia y de su red de comunicaciones.
Otro objetivo prioritario fue sembrar el terror entre la población
civil de las áreas bombardeadas.
Repetidas veces el secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert
Gates, y el de Asuntos Exteriores del Reino Unido, William Haggue, han afirmado
que las fuerzas de aquello que llaman la «coligación» mandatada por el Consejo
de Seguridad, no se desviará de las metas humanitarias de «Odisea».
Garantizan que el número de víctimas civiles ha sido mínimo y, en la
mayoría de los bombardeos quirúrgicos, inexistente.
No es lo que informan los corresponsales de algunos influyentes
media occidentales y árabes.
Según Al Jazeera y periodistas italianos, el «bombardeo humanitario»
de Adhjedabya fue en realidad una matanza sanguinaria, ejecutada
con crueldad.
Otros reporteros utilizan la palabra tragedia para definir los
cuadros dantescos que presenciaron en barrios residenciales de
Trípoli.
Generales y almirantes norteamericanos y británicos insisten en negar
que hayan sido alcanzadas instalaciones no militares o afines. Es otra mentira.
Las ruinas de un hospital de Trípoli y de dos clínicas de Ain Zara, que apuntan
al cielo azul del desierto libio, expresan mejor que cualquier palabra la praxis
de los «bombardeos humanitarios». Periodistas que los contemplaron y hablaron
con sobrevivientes de la masacre afirman que en Ain Zara no había un solo
militar, ni blindados. Y ni siquiera armas.
En una tirada de humor negro, el primer día de la agresión, un
oficial de los Estados Unidos declaró que la artillería antiaérea libia, al
abrir fuego contra los aviones aliados que bombardeaban Trípoli, estaba
«violando el cese al fuego» declarado por Gadafi.
Cito el episodio por ser expresivo del desvarío, del fariseísmo,
del primarismo de los que ejecutan la abyecta agresión al pueblo libio, definida
por Berlusconi, el clown neofascista de la coligación occidental, como «nueva
cruzada».
Gadafi es el sucesor de Ben Laden como enemigo número uno de los
Estados Unidos y de los gobernantes que hace pocos meses lo abrazaban
fraternalmente.
El dirigente libio no me inspira hoy respeto. Creo que muchos de sus
compatriotas que participan en la rebelión de Cirenaica y exigen el fin de su
régimen despótico actúan movidos por objetivos loables.
Sin embargo, invocar la personalidad y los desmanes de Muamar El
Gadafi en el esfuerzo por presentar la criminal agresión al pueblo de un país
soberano como exigencia de principios y valores de la humanidad es el
objectivo repugnante de una ambiciosa estrategia imperialista.
El subsuelo libio encierra las mayores reservas de petróleo (el doble
de las norteamericanas) y de gas de África. Tomar posesión de ellas es el
objetivo inconfesado de la falsa intervención humanitaria.
Es deber de todas las fuerzas progresistas que luchan contra la
barbarie imperialista desenmascarar el engranaje que, en el mundo, califica de
salvadora y democrática la monstruosa agresión a Libia.
Siria puede ser el próximo blanco. Eso, mientras no hay una palabra
de crítica a las monarquías teocráticas de Arabia Saudita, de Bahrein, de los
Emiratos.
Una nota personal para terminar. Los líderes de la derecha
europea, de Sarkozy y Cameron a la canciller Merkel, cultivan en estos días
–repito- el discurso de la hipocresía. Ninguno consigue, no obstante, igualar
en la mentira y la desfachatez la oratoria de Barack Obama, que, por sus actos,
responderá ante la historia por la criminal política externa de su país, cuyo
pueblo merecía otro presidente.
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LIBIA
FRENTE AL IMPERIALISMO HUMANITARIO.
ENTREVISTA
A JEAN
BRICMONT
Kosovo,
Irak, Afganistán : los partidarios de una intervención en Libia ¿no han
aprendido la lección ? Jean Bricmont, autor de una obra sobre el imperialismo
humanitario, nos explica porqué el derecho de injerencia es incompatible con la
paz en el mundo y perjudica a las causas humanitarias. A menos, evidentemente,
que dichas causa no sean más que pretextos…
Por:
: Grégoire Lalieu
¿Puede
recordarnos en qué consiste el imperialismo humanitario ?
Es
una ideología que pretende legitimar la injerencia militar contra países
soberanos en nombre de la democracia y de los derechos del Hombre. La motivación
siempre es la misma : una población es víctima de un dictador y por lo tanto hay
que actuar. Entonces nos sacan las referencias a la Segunda Guerra mundial, a la
guerra de España y otras. Se trata de hacer aceptable la intervención. Es lo que
pasó en Kosovo, Irak o Afganistán.
Y
ahora ¿es el turno de Libia ?
Hay
una diferencia, porque en este caso está autorizada por una resolución del
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Pero esa resolución ha sido votada en
contra de los principios mismos de la Carta de las Naciones Unidas.
Efectivamente, no veo ninguna amenaza exterior en el conflicto libio. Se ha
recurrido a la noción de la “responsabilidad de proteger” a la población, pero
quemando un poco las etapas. Además, no hay pruebas de que Gadafi masacre a la
población simplemente con el objetivo de masacrarla. Es algo más complicado : se
trata más bien de una insurrección armada y no sé de ningún gobierno que no
reprima este tipo de insurrección. Evidentemente, hay daños colaterales y
muertos entre los civiles. Pero si los Estados Unidos saben cómo evitar tales
daños, que vayan a explicarlo a los israelíes y que se lo apliquen a sí mismos
en Irak y en Afganistán. Tampoco hay ninguna duda de que los bombardeos de la
coalición también van a provocar pérdidas civiles. Por lo tanto, pienso que
desde un punto de vista estrictamente legal, la resolución del Consejo de
Seguridad es discutible. En realidad, es el resultado de años de presión para el
reconocimiento del derecho de injerencia que en este caso se
legitima.
Sin
embargo, incluso entre las izquierdas mucha gente piensa que había que
intervenir en Libia para detener la masacre. ¿Cree que es un error de
juicio ?
Sí,
y por varias razones. En primer lugar, esta campaña establece el reino de la
arbitrariedad. En efecto, el conflicto libio no tiene nada de excepcional. Hay
muchos otros en el mundo, ya sea en Gaza, Bahrein o, hace algunos años, en el
Congo. En este último caso estábamos ante el cuadro de una agresión exterior por
parte de Rwanda y de Burundi. La aplicación del derecho internacional habría
permitido salvar millones de vidas pero no se hizo. ¿Por qué ? Además, si se
aplican los principios de injerencia que subyacen en el ataque contra Libia,
esto significa que todo e mundo puede intervenir en todas partes. Imaginemos que
los rusos intervinieran en Bahrein o los chinos en Yemen : sería la guerra
generalizada y permanente. Una gran característica del derecho de ingerencia es,
en consecuencia, el no respetar el derecho internacional clásico. Y si hubiera
que modificar el derecho internacional con nuevas reglas que legitimaran el
derecho de ingerencia, ello desembocaría en la guerra de todos contra todos. Es
un argumento al que los partidarios del derecho de ingerencia nunca responden.
Finalmente, estas ingerencias refuerzan lo que yo llamo el “efecto barricada” :
todos los países que están en el punto de mira de los Estados Unidos van a
sentirse amenazados y van a intentar reforzar su armamento. Hemos visto lo que
pasó con Saddam. Por cierto, Gadafi declaró a la liga árabe : “Acaban de ahorcar
a un miembro de esta liga y no habéis dicho nada. Pero lo mismo puede ocurriros
a vosotros, ya que, aunque todos vosotros seáis aliados de los Estados Unidos,
Saddam también lo fue anteriormente”. Actualmente se reproduce lo mismo con
Gadafi y la amenaza que pende sobre muchos Estados puede relanzar la carrera
armamentística. Rusia, que no es precisamente un país desarmado, ya ha anunciado
que iba a reforzar sus tropas. Pero esto puede ir incluso más lejos : si Libia
tuviera armamento nuclear jamás habría sido atacada. Desde luego, esta es la
razón por la que no se ataca a Corea del Norte. La izquierda que apoya la
intervención en Libia debería pues darse cuenta de que la consecuencia de la
ingerencia humanitaria es el relanzamiento de la carrera armamentística y a
largo plazo, la creación de lógicas de guerra.
Sin
embargo, esta intervención militar contra Gadafi ¿no podría considerarse un mal
menor ?
Hay
que pensar en las consecuencias. Ahora que las fuerzas occidentales están
comprometidas es evidente que tendrán que llegar hasta el fin, derrocar a Gadafi
e instalar a los rebeldes en el poder. ¿Qué va a pasar entonces ? Libia parece
dividida. Si hay resistencia en Trípoli ¿Occidente va a ocupar el país y
embarcarse en una guerra sin fin como en Irak o Afganistán ? Pero, imaginemos
que todo va bien : la coalición se deshace de Gadafi en unos cuantos días, los
rebeldes toman el poder y el pueblo libio está unido. Todo l mundo está contento
¿y después ? No creo que Occidente vaya a decir : “Ya está, hemos hecho esto porque somos
buenos y respetamos los derechos del Hombre. Ahora podéis hacer lo que
queráis”. ¿Qué pasará si el
nuevo gobierno libio parece demasiado musulmán o no limita correctamente los
flujos migratorios ? ¿Creéis que se les va a dejar actuar ? Es evidente que
después de esta intervención el nuevo gobierno libio será prisionero de los
intereses occidentales.
Si
la intervención militar no es la solución, entonces ¿qué hacer?
En
primer lugar habrían debido ensayarse honestamente todas las soluciones
pacíficas. Quizás no habría funcionado, pero respecto ha habido una voluntad
manifiesta de rechazar estas soluciones. Es desde luego una constante en las
guerras humanitarias. Por lo que respecta a Kosovo habían propuestas serbias muy
detalladas para llegar a una solución pacífica pero fueron rechazadas. Occidente
incluso impuso condiciones que hacían imposible cualquier negociación, como la
ocupación de Serbia por tropas de la OTAN. En Afganistán, los talibanes
propusieron hacer juzgar a Ben Laden por un tribunal internacional si se les
aportaban pruebas de su implicación en el atentado del World Trade Center.
Estados Unidos lo rechazaron y bombardearon. En Irak, Saddam había aceptado el
retorno de los inspectores de la ONU así como numerosas condiciones enormemente
apremiantes. Pero nunca era suficiente. En Libia, Gadafi había aceptado un cese
el fuego y había propuesto el envío de observadores internacionales. Los
observadores no fueron enviados y se ha dicho que Gadafi no había aceptado el
cese el fuego. Occidente también rechazó la propuesta de mediación de Chávez,
que sin embargo fue aprobada por numerosos países latinos así como por la
Organización para la Unidad Africana. Respecto a esto me enfurezco cuando oigo a
gente de izquierda, en Europa, denunciar la horrible Alianza Bolivariana que
sostiene al dictador Gadafi. ¡Esta gente no ha comprendido nada ! Los dirigentes
latinos son personas en el poder con importantes responsabilidades. No son
izquierdistas insignificantes que parlotean en su rincón. Y el gran problema de
estos dirigentes es la ingerencia de los Estados Unidos ; cuanto menos puedan
los Estados Unidos hacer lo que quieran en cualquier parte del mundo, mejor será
para todos los países que intentan emanciparse de su tutela y para todo el
mundo.
El
hecho de rechazar sistemáticamente las soluciones pacíficas ¿significa que la
ingerencia humanitaria es un pretexto?
Sí,
pero funciona con respecto a los intelectuales, tengo más dudas con respecto a
la reacción de los pueblos europeos. ¿Van a apoyar a sus dirigentes en el ataque
contra Gadafi ? A nivel de los pueblos son las guerras por la seguridad las que
gozan de una mayor legitimidad ; cuando hay, por ejemplo, una amenaza contra
nuestras poblaciones, neutras formas de vida, etc. Pero aquí y en Francia, con
todo este clima islamofóbico que hay (que no apruebo, pero que existe) ve a
explicarles que vamos a luchar en Cirenaica por unos insurgentes a los que vemos
gritando “« Allah U Akbar »… ¡es contradictorio ! A nivel político la mayoría de
partidos apoyan la intervención. Incluso en la izquierda, trotskistas como
Mélenchon. Todos andan con la flor en el fusil. Los más moderados apoyaban
únicamente una zona de exclusión aérea, pero si Gadafi envía sus tanques hacia
Benghazi ¿qué hacemos ? Durante la Segunda Guerra mundial los alemanes perdieron
muy rápidamente l control aéreo, pero resistieron todavía varios años. Sin lugar
a dudas los moderados debían pensar que, en la medida en que el objetivo es el
derrocamiento de Gadafi, se iría más allá del establecimiento de una zona de
exclusión aérea. La izquierda, incapaz de apoyar verdaderas soluciones
alternativas, está atrapada por la lógica de la ingerencia humanitaria y se ve
obligada a apoyar a Sarkozy. Si la guerra se termina rápido y bien, el
presidente francés se encontrará en buena posición para 2012 y la izquierda le
habrá allanado el camino. Puesto que esta izquierda no asume un discurso
coherente opuesto a las guerras, se ve obligada a ir a remolque de la política
de ingerencia.
¿Y
si la guerra va mal?
Es
penoso, pero el único partido francés que se ha opuesto a la intervención en
Libia es el Frente Nacional. Ha invocado especialmente la amenaza de los flujos
migratorios y lo ha aprovechado para desmarcarse de la UMP y del PS diciendo que
el nunca había colaborado con Gadafi. Si la guerra en Libia no funciona como
está previsto ello podría beneficiar al Frente Nacional en
2012.
Si
la injerencia humanitaria no es más que un pretexto ¿cual es el objetivo de esta
guerra?
Las
revoluciones árabes han sorprendido a los occidentales que no estaban
suficientemente bien informados de lo que ocurría en el Magreb y en Oriente
Medio. No pongo en entredicho que haya buenos especialistas de la cuestión, pero
con frecuencia no son suficientemente escuchados a un cierto nivel de poder y
desde luego se quejan de ello. Ahora pues, puede que los nuevos gobiernos
egipcio y tunecino no se alineen con los intereses occidentales y, por
consiguiente, podrían ser hostiles a Israel. Para asegurarse el control de la
región y proteger a Tel-Aviv, los occidentales probablemente quieran deshacerse
de los gobiernos ya hostiles a Israel y a los occidentales. Los tres principales
son Irán, Siria y Libia. Puesto que este último es el más débil se le
ataca.
¿Puede
funcionar eso ?
Occidente
soñaba con dominar el mundo, pero desde 2003, con el fiasco irakí, se ve que no
es capaz de ello. Antes, los Estados Unidos podían permitirse
derrocar dirigentes que ellos mismos habían llevado al poder, como Ngô Dinh Diêm
en Vietnam del Sur en los años 60. Pero Washington ya no tiene la posibilidad de
hacer esto hoy en día. En Kosovo, Estados Unidos deben arreglárselas con un
régimen mafioso. En Afganistán todo el mundo dice que Karzaï es un corrupto pero
no tienen alternativa. En Irak también deben acomodarse con un gobierno que está
lejos de convenirles totalmente. De bien seguro que el problema también se
presentará en Libia. Un irakí me dijo una vez : “En esta parte del mundo no hay
liberales en el sentido occidental del término, excepto algunos intelectuales
bastante aislados”. Como Occidente no puede apoyarse en dirigentes que compartan
sus ideas y defiendan totalmente sus intereses, intenta imponer dictaduras por
la fuerza. Pero evidentemente esto crea un desfase con las aspiraciones de la
base popular. Además, este procedimiento resulta un fracaso y la gente no
debería engañarse acerca de lo que pasa. Occidente, que creía poder controlar al
mundo árabe con marionetas como Ben Alí y Mubarak, se diría de pronto : “Todo
era falso ¿vamos ahora a apoyar la democracia en Túnez, en Egipto y en Libia ?
“ Es tanto más absurdo teniendo en cuenta que una de las grandes
reivindicaciones de las revoluciones árabes es el derecho a la soberanía. Dicho
de otra forma ¡no a la injerencia ! Occidente debe resignarse : el mundo árabe,
lo mismo que África y el Caribe, no le pertenece. De hecho, las regiones donde
Occidente interviene más son las menos desarrolladas. Si se respeta su soberanía
estas regiones podrán desarrollarse, como lo ha hecho Asia y como sin duda lo
hará América latina. La política de injerencia es un fracaso para todo el
mundo.
¿Cuál
es la alternativa entonces ?
En
primer lugar hay que saber que la política de injerencia necesita un presupuesto
militar importante. Sin el apoyo de Estados Unidos y su presupuesto militar
delirante, Francia y Gran Bretaña no se habrían comprometido. Bélgica, todavía
menos. Pero todos estos medios puestos a disposición no caen del cielo. Este
presupuesto se basa en préstamos de la China que conllevan déficits US y todo
tipo de problemas económicos. Raramente se piensa en ello. Además, se nos repite
constantemente que no hay dinero para la educación, la investigación, las
pensiones, etc. ¡Y de repente aparece una gran cantidad de dinero para hacer la
guerra en Libia. Una cantidad ilimitada, puesto que no se sabe cuanto tiempo va
a durar esta guerra ! Por otra parte ya se está gastando dinero para nada en
Afganistán. Hace falta, por lo tanto, otra visión política y, a mi parecer,
suiza es un buen ejemplo. Este país consagra su presupuesto militar únicamente a
la protección de su territorio. Los suizos tiene una política de no intervención
coherente, puesto que su ejército, por principio no puede salir de su
territorio. Podría decirse que Suiza deja que Gadafi masacre a los insurgentes
pero, en primer lugar, ella nunca ha cometido un genocidio u otras masacres,
incluso si su política puede ser criticada a otros niveles (banca o
inmigración). Y, en segundo lugar, si todo el mundo hiciera como Suiza, por las
razones que ya he explicado anteriormente, el mundo iría mucho mejor. Las
guerras y los embargos siempre tienen consecuencias desastrosas. A mi parecer,
la mejor alternativa es la cooperación con distintos países, sean cuales sean
sus regímenes. A través del comercio, pero no el de armas evidentemente, las
ideas circulan y las cosas pueden evolucionar, sin guerra. Se pueden discutir
las modalidades : comercio justo, ecológico, etc. Pero el comercio es una
alternativa mucho menos sangrienta que las sanciones y los embargos, que son la
versión soft de las guerras humanitarias.
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GADDAFI
REIVINDICADO
Por:
Freddy J. Melo
Nunca
la peligrosidad de la fiera herida ha sido tan evidente como en los tiempos que
corren, y está tocando a Libia, ribereña del que fuera “mare nostrum” de otros
arrogantes depredadores convertidos en cenizas, recibir los más recientes
zarpazos y ver despedazados sus derechos y soberanía por la acción sin control
de la fuerza aterrorizada.
Como
escribí alguna vez, la Carta de las Naciones Unidas (obviemos la triste
impotencia de esa institución mediatizada) y los demás instrumentos que
conforman el entramado jurídico internacional, postulan que todos los países,
indistintamente de su tamaño o poderío, son pares en dignidad y poseen atributos
iguales para darse el sistema de gobierno que cada pueblo desee y contar con la
intangibilidad de su espacio geográfico y el respeto a su lengua, tradición y
cultura. Es ése el reconocimiento de la soberanía de las naciones, que se
abroquela en los principios de autodeterminación y no intervención; es ésa la
consagración en términos nacionales del celebrado apotegma según el cual el
derecho de cada uno llega hasta donde comienza el de los otros, y de la
sentencia del gran Benito Juárez relativa a que “el respeto al derecho ajeno es
la paz”.
La soberanía (definida por la
doctrina como “la autoridad suprema del poder público”) no se discute, se
defiende con todo –palabra de Sandino–, y defenderla es una atribución y un
deber de todo ciudadano bien nacido.
Mas ya sabemos cómo esa soberanía
nunca dejó de estar bajo la espada de Damocles de los imperios, sólo que las
agresiones de éstos para despojar de sus riquezas y muchas veces de sus
territorios a los países débiles, se vistieron siempre de nobles principios.
Ahora ya ni eso. Bajo el reino del imperio único rodeado de subimperios
obsecuentes, el ejercicio de mentira, cinismo e hipocresía preludiando genocidio
y crueldad ilimitados, carece de tapaderas para acompañar las acciones de rapiña
y bandidaje (ponga usted las expresiones de miseria moral que se le ocurran, de
todos modos se quedará corto). Irak y Afganistán estrenaron la modalidad, con lo
de las “armas de destrucción masiva”, que se sabía inexistentes y se sabía que
el mundo lo sabía. ¡Pero con Libia! El Consejo de Seguridad, parapeto de la
dictadura mundial, autoriza bombardear a discreción para salvar a los civiles.
No hay más allá en desvergüenza.
(Nota:
la arremetida iba igual, con autorización o sin ella, porque se trata de
recomponer y afianzar la hegemonía sobre toda la zona: ¿no habrá que considerar
esto a la hora de enjuiciar el no uso del veto por parte de Rusia y de
China?).
Quienes dicen que el petróleo no es
el móvil, tienen razón en parte pese a su intención encubridora: también hay un
subyacente mar de agua dulce, con ñapa de millardos en divisas y muchas barras
de oro en el Banco Central; y encima, los EE.UU. quieren revertir la proporción
distributiva del aceite libio, que hoy favorece a Europa y aun a China, y de ahí
la extremada “diligencia” precautoria europea.
Pero
el principal acicate del imperio –como lo señala el analista paquistaní Lal
Kahn–, en este caso y en los que puedan venir, es el miedo, el terror de los
cazadores y supremos aplicadores de terrorismo ante sus descubiertas
debilidades: la crisis del capitalismo estadounidense, que “ha provocado caos
político y destruido la confianza de los gobernantes norteamericanos”, con
enorme desempleo, 35% bajo el nivel de pobreza, aumento de la criminalidad y
otros signos. La “guerra contra el terrorismo” está programada “para asustar a
la clase obrera (y a los pueblos en general, acoto) y culpar a la amenaza
terrorista de la crisis”.
Además, “no hay una sola región del
planeta que no esté sumida en una crisis social, económica o política”. Y añado:
uno, la superespecialización usense en la producción armamentista ha menoscabado
su antes casi inagotable capacidad manufacturera de bienes útiles (junto a
muchos inútiles); dos, el imperialismo está hoy desnudo ante los pueblos.
Condenado.
La agresión a Libia, la mayoría de
cuyo pueblo resiste, ¿terminará en un holocausto? Sea lo que fuere, su muestra
de horror y cobardía está teniendo el efecto de reivindicar a Gaddafi.
Representa él en estos momentos el honor, la unidad nacional y la soberanía de
su patria. Si se mantiene, habrá vuelto. |
EL
URANIO EMPOBRECIDO:
EL
ARMA DE DESTRUCCIÓN MASIVA
QUE
LA OTAN USA EN LIBIA COMO LO HIZO EN KOSOVO
¿Qué
es el uranio empobrecido?
El
mineral de uranio, tal como se encuentra en la naturaleza, aparece compuesto, en
su mayor parte, por el isótopo 238 y por una pequeña cantidad (0’7 %) del
isótopo 235. Este es el que realmente puede fisionarse para ser utilizado en
reactores nucleares y en la fabricación de bombas atómicas. Por lo tanto, el
mineral de uranio ha de ser enriquecido industrialmente.
En
este proceso, se produce una gran cantidad de material, de residuos. Esto es lo
que se llama uranio empobrecido (U-238) que es también radiactivo y que tiene
una vida media de ¡4.500 millones de años! Almacenar este tipo de residuos
contaminantes resulta, por tanto, extremadamente caro. Se da la circunstancia de
que EE.UU., después de medio siglo produciendo armas atómicas y energía nuclear,
tiene almacenadas más de 500.000 toneladas de uranio
empobrecido.
¿Qué
es lo que ocurre? Pues que, con el fin de ahorrar dinero y vaciar sus depósitos,
el Gobierno de los EE.UU. cede gratis el uranio empobrecido a las empresas de
armamento norteamericanas y extranjeras. Así, hoy en día, además de EE.UU.,
países como Gran Bretaña, Francia, Canadá, Rusia, Grecia, Turquía, Israel, las
monarquías del Golfo, Taiwán, Corea del Sur, Pakistán o Japón, compran o
fabrican armas y municiones con uranio empobrecido.
Aparte
de su gratuidad, el uranio empobrecido ofrece otras ventajas adicionales que lo
hacen muy atractivo para la tecnología militar. En primer lugar, es el elemento
natural más pesado que puede encontrarse; debido a su densidad, los proyectiles
con cabeza de uranio empobrecido pueden perforar el acero blindado de carros de
combate y de edificios. Y, en segundo lugar, resulta además un material
pirofórico natural, es decir, que se inflama al contacto con el aire, provocando
el estallido del objetivo alcanzado. Antes de explicar como actúa el uranio
empobrecido conviene detenerse en una personalidad que aparece en casi todos los
informes a los que yo he tenido acceso.
¿Quién es Doug
Rokke?
Este
doctor en Física fue director del Proyecto sobre Uranio Empobrecido del
Pentágono durante diez años. En febrero de 1991, durante la guerra del Golfo, se
encontraba al frente de un equipo médico encargado de limpiar de vehículos
contaminados la famosa “autopista de la muerte” que une Basora con Bagdad, donde
se dispararon casi un millón de proyectiles de uranio contra los carros de
combate de la Guardia Presidencial iraquí que emprendían la huida hacia la
capital. Después de esta misión, el ejército de EE.UU., al que pertenecía, tardó
cuatro años en informarle de los resultados de sus análisis. Estos señalaban
proporciones astronómicas de uranio en la orina. Actualmente, con graves
problemas respiratorios, motrices y de riñón, se ha convertido en uno de los
líderes de la campaña a favor de prohibir esta munición en los EE.UU. Por lo
tanto, pocas personas tan autorizadas como ésta para hablar de los efectos del
uranio empobrecido.
¿Cómo actúa el uranio
empobrecido?
Estos
proyectiles, de unos 3 cm. de largo y que contienen 300 gramos de uranio
empobrecido, son lanzados desde tanques M60, M1 y M1A1 o bien, más usualmente,
desde los aviones anticarro norteamericanos del tipo A-10.
También
los mísiles Tomahawk van equipados con 3 Kgs. de uranio empobrecido en su punta.
Cuando este tipo de proyectil estalla y se quema, el metal se pulveriza en forma
de dióxido de uranio. Estas partículas, cien veces más pequeñas que un grano de
arena, pueden ser inhaladas por los seres humanos o por cualquier ser vivo,
aparte de contaminar las plantas o el agua. Es decir, que no es necesario
ingerir directamente el uranio, sino que basta con que nos comamos un tomate
contaminado. Pues bien, en función de la temperatura a la que se haya
sometido el metal, aparecen dos tipos de polvo, tal como afirma el doctor Rokke:
el primero es soluble en la sangre y en los humores corporales en los que actúa
como agente de envenenamiento; el segundo, calentado a temperaturas más
elevadas, adopta la propiedad de la cerámica y no se disuelve, sino que
permanece fijado en algún órgano del cuerpo y, desde allí, emite radioactividad
durante años y años.
Gina
Mertens, miembro de una asociación de médicos alemanes contra la guerra nuclear,
enumera algunas de las patologías reconocidas, provocadas por el polvo de
uranio: afecciones renales, cánceres, leucemia, tumores óseos, malformaciones en
los embriones, etc.
¿Dónde y cuándo se ha utilizado el uranio
empobrecido?
Que
se sepa hasta ahora, al menos en tres conflictos, a los cuales se añade ahora
Libia: 1) En 1991, en la guerra del Golfo, desarrollada por las potencias
occidentales contra Irak, donde a lo largo de 110.000 ataques aéreos, Estados
Unidos lanzó 950.000 proyectiles con uranio empobrecido; es decir, aún hoy
permanecen en suelo iraquí unas 300 toneladas de uranio.
2)
En 1995, la OTAN realizó masivos bombardeos contra la República serbia de
Bosnia. En este caso, la OTAN no ha facilitado ninguna información sobre el
número de ataques ni sobre la cantidad de munición, pero se calcula que fueron
arrojados unos 10.800 proyectiles. Hadzici, un suburbio de Sarajevo, y otras
localidades como Blazuj y Vogosce sufrieron en septiembre de ese año una lluvia
de granadas conteniendo uranio empobrecido. (Circula por la red un amplio
informa de Tika Jankovic, ingeniero yugoslavo residente en California que, entre
1996 y 1998, realizó una serie de investigaciones in situ sobre los efectos para
la salud de la población civil que sufrió dichos
bombardeos).
3)
En 1999, la OTAN, con la connivencia de los gobiernos de la Alianza Atlántica,
llevó a cabo la llamada “guerra humanitaria” de Kosovo. Aquí, la OTAN lanzó
31.000 proyectiles con uranio empobrecido (es decir, unas 9 toneladas métricas
de uranio), desde aviones anticarro A-10 Thunderbolt (Rayo) y, en menor medida,
desde aviones Harrier y carros de combate Abrams. Llegados a este punto, cabe
preguntarse:
¿Existían
informes previos que alertasen del peligro contaminante de este tipo de
munición? Aquí se pone, una vez más, de manifiesto el cinismo y la sangrante
hipocresía de Estados Unidos y de la OTAN: el Pentágono conocía los riesgos para
la salud que entrañan estas municiones y no informó a nadie. Dos de esas
pruebas son: el llamado “Informe de Los Álamos”, escrito por el teniente coronel
M. V. Ziehmn, y otro de la Agencia de Defensa Nuclear estadounidense, ambos
fechados en marzo de 1991, en los que ya se advertía de esos riesgos. El mismo
Doug Rokke elaboró un vídeo, a petición del Pentágono, que, una vez terminado,
en 1995, fue archivado por el Departamento de Defensa de los Estados
Unidos. En este vídeo que nunca llegó a emitirse se instruía a las tropas
acerca de la protección respiratoria y los uniformes adecuados a la hora de
manejar este tipo de material. Pero existen más informes: en 1990, el Grupo
Internacional de Ciencias Aplicadas, en un informe solicitado por las Fuerzas
Armadas norteamericanas, concluía que “el uranio empobrecido está vinculado al
desarrollo del cáncer cuando la exposición es interna (ingesta o
inhalación)”.
Otro
informe más, éste de 1995, elaborado por el Instituto de Política Ambiental de
los Estados Unidos, dictaminaba que “si el uranio empobrecido entra en el
cuerpo, tiene la potencialidad de generar importantes consecuencias médicas. Los
riesgos asociados con el uranio empobrecido son químicos y
radiológicos”.
¿Cuáles y cuántas son las
víctimas?
Nos
enfrentamos, una vez más, a los constantes intentos de ocultación de datos,
pero, no obstante, se puede asegurar que, en Irak, podría haber afectado ya a
250.000 hombres, mujeres y niños, podría haber provocado un aumento de entre
20.000 y 100.000 cánceres letales, así como un aumento espectacular de
malformaciones congénitas. (Es necesario recordar que, aún hoy, el pueblo iraquí
se halla sometido a embargo y ha de seguir pagando los más de 320.000 millones
de dólares destinados al pago de las indemnizaciones -deuda de guerra- impuestas
por la ONU, con lo cual apenas dispone de ingresos para la compra de medicinas y
alimentos para la población).
Aparte
de la población civil, el misterioso “síndrome del Golfo”, que incluye un amplio
cuadro clínico en el que aparecen dolores de cabeza, musculares y abdominales,
así como vértigos y problemas respiratorios, afecta aproximadamente a 100.000 de
los 700.000 soldados (hombres y mujeres, norteamericanos y británicos) que
fueron desplazados al conflicto y que participaron en la ofensiva
terrestre. Entre ellos, además del propio Rokke, se encuentran la
norteamericana Carol Picou y el británico Ray Bristow, veteranos de guerra que
recientemente ofrecieron una rueda de prensa en Madrid. No existen datos
oficiales a cerca de la población civil afectada en Bosnia y Kosovo, aunque es
de esperar que afloren con el paso del tiempo, una vez que superen la censura
informativa.
En
cuanto a los soldados afectados por el “síndrome de los Balcanes”, causante de
la alarma social que se vive en Europa occidental, se han producido (a pesar de
tratarse de un conflicto relativamente reciente), al menos 13 fallecimientos (6
soldados italianos, 5 belgas, 1 portugués y 1 español), aparte de un numero
indeterminado de afectados tanto en estos países como en Francia y
Holanda.
Una
vez finalizada la guerra, las tropas norteamericanas se localizaron,
curiosamente, en las zonas menos bombardeadas con uranio empobrecido, dejando
las más contaminadas para los soldados europeos. Conclusiones: Probablemente,
todo esto sólo sea la punta del iceberg, si tenemos en cuenta que: · aparte del
uranio empobrecido, estos proyectiles también contienen berilio, metal
igualmente tóxico, que produce una enfermedad pulmonar llamada beriliosis,
además de cáncer.
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LOS
INTERESES EN JUEGO
EN
LA GUERRA DE LIBIA
Por:
Pepe Escobar
Un
repaso a los actores del juego en el ajedrez libio da cuenta que el afán por
derrocar a Gadafi tiene razones más de pe$o que el tema humanitario y que el
apoyo que está dando la OTAN a una de las partes del conflicto, los denominados
‘rebeldes’, beneficia a la larga al Frente Nacional por la Salvación de Libia,
financiado Por Arabia Saudita , la CIA y los servicios de inteligencia
franceses.
Mentira,
hipocresía y programas secretos. De eso no habló el presidente de EE.UU., Barack
Obama, cuando explicó su doctrina libia a EE.UU. y al mundo. La mente se aturde
con tantos agujeros negros que engullen esta espléndida guerrita que no es una
guerra (una “acción militar, limitada en el tiempo, limitada en su alcance”,
según la Casa Blanca), combinada con la incapacidad del pensamiento progresista
de condenar, al mismo tiempo, la inclemencia del régimen de Gadafi y los
bombardeos “humanitarios” anglo-franceses-estadounidenses.
La
Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha funcionado
como un caballo de Troya, al permitir que el consorcio
anglo-francés-estadounidense –y la OTAN– se convirtieran en la fuerza aérea de
la ONU en apoyo a un levantamiento armado. Aparte de no tener nada que ver con
la protección de civiles, esta acción es absolutamente ilegal según el derecho
internacional. La fase final incorporada, como ya lo saben incluso niños
africanos desnutridos, pero que nunca ha sido reconocida, es el cambio de
régimen.
El
teniente general Charles Bouchard de Canadá, comandante de la OTAN para Libia,
podrá insistir todo lo que quiera en que la misión sólo se propone proteger
civiles. Pero esos “civiles inocentes” que operan tanques y disparan
Kalashnikovs como parte de un salvaje montón variopinto son en realidad soldados
en una guerra civil, y el enfoque debe ser si la OTAN seguirá siendo desde ahora
su fuerza aérea, siguiendo los pasos del consorcio anglo-francés-estadounidense.
A propósito, la “coalición de los dispuestos” que combate contra Libia consiste
únicamente en 12 de los 28 miembros de la OTAN más Qatar. No tiene absolutamente
nada que ver con una “comunidad internacional”.
El
veredicto final sobre la zona de exclusión aérea acordada por la ONU tendrá que
esperar a la emergencia de un gobierno “rebelde” y al final de la guerra civil
(si termina pronto). Entonces será posible analizar cómo se llegó a justificar
el disparo de Tomahawks y los bombardeos; por qué se “protegió” a los civiles de
Cirenaica mientras se atacaba a los de Trípoli con Tomahawks; qué tipo de grupo
abigarrado de “rebeldes” era “salvado”; si todo el asunto fue legal para
comenzar; cómo la resolución fue una cobertura para cambio de régimen; cómo el
amorío entre los “revolucionarios” libios y Occidente podría terminar en un
sangriento divorcio (recordad Afganistán); y qué protagonistas occidentales se
pueden beneficiar inmensamente de la riqueza de una nueva Libia unificada (o
balcanizada).
Por
el momento por lo menos, es fácil identificar a los
logreros:
EL
PENTÁGONO
El
jerarca del Pentágono Robert Gates dijo este fin de semana, manteniendo una cara
seria, que sólo hay tres regímenes opresivos en todo Medio Oriente: Irán, Siria
y Libia. El Pentágono está eliminando al eslabón débil, Libia. Los otros fueron
siempre partes cruciales de la lista de eliminación de los malvados de los
neoconservadores. Arabia Saudí, Yemen, Bahréin, etc., son modelos de
democracia.
En
cuando a esta guerra “ahora la ves, ahora no la ves”, el Pentágono se las
arregla para librarla no una vez, sino dos. Comenzó con Africom establecido bajo
el gobierno de George W Bush, reforzado con Obama y rechazado por numerosos
gobiernos africanos, eruditos y organizaciones de derechos humanos. Ahora la
guerra pasa a la OTAN, que es esencialmente la dirección del Pentágono sobre sus
acólitos europeos.
Es
la primera guerra africana de Africom, realizada hasta ahora por el general
Carter Ham desde su cuartel en el no tan africano Stuttgart. Africom, como lo
describe Horace Campbell, profesor de estudios estadounidenses africanos y de
ciencias políticas en la Universidad Syracuse, es un engaño: “fundamentalmente
es una fachada para contratistas militares de EE.UU. como Dyncorp, MPRI y KBR
que operan en África. Los planificadores militares estadounidenses que se
benefician con la puerta giratoria de la privatización de la guerra están
deleitados por la oportunidad de otorgar credibilidad a Africom bajo la fachada
de la intervención en Libia.”
Los
Tomahawks de Africom también alcanzan –metafóricamente– a la Unión Africana (UA)
que, a diferencia de la Liga Árabe, no puede ser comprada fácilmente por
Occidente. Las petromonarquías del Golfo Árabe aclamaron todas el bombardeo,
pero no Egipto y Túnez. Sólo cinco países africanos no están subordinados a
Africom; Libia es uno de ellos, junto con Sudán, Costa de Marfil, Eritrea y
Zimbabue.
OTAN
El
plan general de la OTAN es controlar el Mediterráneo como un lago de la OTAN.
Desde esta “óptica” (jerga del Pentágono) el Mediterráneo es infinitamente más
importante actualmente como teatro de operaciones bélicas que
AfPak.
Solo
tres de las 20 naciones del Mediterráneo no son miembros plenos de la OTAN o
aliados de sus programas de “cooperación”: Libia, el Líbano y Siria. Que no
quepa la menor duda: ahora le toca a Siria. El Líbano ya está sometido a un
bloqueo de la OTAN desde 2006. Ahora también se aplica un bloqueo a Libia.
EE.UU. –a través de la OTAN– está a punto de lograr la cuadratura del
círculo.
ARABIA
SAUDITA
Perfecto.
El rey Abdullah se libra de su eterno enemigo Gadafi. La Casa de Saud –a su
abyecta menera característica– hace lo imposible por beneficiar a Occidente. La
atención de la opinión pública mundial es desviada de la invasión de Bahréin por
los saudíes para aplastar un movimiento de protesta pacífico pro
democracia.
La
Casa de Saud vendió la ficción de que “la Liga Árabe” en su conjunto votó por
una zona de exclusión aérea. Es mentira: de 22 miembros, sólo hubo 11 presentes
en la votación; seis son miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC), en
el cual Arabia Saudí es el mandamás. La Casa de Saud sólo necesitó presionar a
tres más. Siria y Argelia estaban en contra. Traducción: Sólo nueve de los 22
países árabes votaron por la zona de exclusión aérea.
Ahora
Arabia Saudí incluso puede ordenar al jefe del GCC, Abdulrahman al-Attiyah, que
diga con cara seria: “el sistema libio ha perdido su legitimidad”. En cuando a
la “legítima” Casa de Saud y los al-Khalifa en Bahréin, alguien debiera
incorporarlos al Salón de la Fama Humanitaria.
QATAR
Los
anfitriones de la Copa del Mundo de Fútbol de 2022 son expertos en cerrar un
negocio. Sus Mirage ayudan a bombardear Libia mientras Doha se prepara para
vender el petróleo de Libia oriental. Qatar se convirtió rápidamente en la
primera nación árabe en reconocer a los “rebeldes” libios como único gobierno
legítimo del país sólo un día después de asegurarse el negocio de la venta del
petróleo.
LOS
‘REBELDES’
A
pesar de todas las dignas aspiraciones democráticas del movimiento juvenil
libio, sucede que el grupo de oposición más organizado es el Frente Nacional por
la Salvación de Libia –financiado durante años por la Casa de Saud, la CIA y los
servicios de inteligencia franceses-. El “Consejo Nacional de Transición
Interino” rebelde es poco más que el buen Frente Nacional más unos pocos
desertores militares. Es la elite de los “civiles inocentes” que la “coalición”
está “protegiendo”.
En
el momento justo, el “Consejo Nacional de Transición Interino” consiguió un
nuevo ministro de Finanzas, el economista educado en EE.UU. Ali Tarhouni. Reveló
que un grupo de países occidentales les dio crédito respaldado por el fondo
soberano de Libia y los británicos les permitieron tener acceso a 1.100 millones
de dólares de los fondos de Gadafi. Esto significa que el consorcio
anglo-francés-estadounidense –y ahora la OTAN– sólo tendrán que pagar las
bombas. En cuanto a timos bélicos éste es invaluable; Occidente utiliza el
propio dinero de Libia para financiar a un montón de rebeldes oportunistas
libios para combatir al gobierno libio. Y para colmo los estadounidenses,
británicos y franceses sienten el amor por todos esos bombardeos. Los
neoconservadores deben estarse pateando: ¿por qué al ex secretario adjunto de
defensa de EE.UU., Paul Wolfowitz, no se le ocurrió algo semejante para Iraq
2003?
LOS
FRANCESES
Oh
la la, esto podría ser material para una novela de Proust. La principal pasarela
de primavera en París es el desfile de modas del presidente Nicolas Sarkozy –un
modelo de zona de exclusión aérea con accesorios de ataques aéreos
Mirage/Rafale-. Este desfile de modas fue ideado por Nouri Mesmari, ex jefe de
protocolo de Gadafi, quien desertó a Francia en octubre de 2010. El servicio
secreto italiano filtró a medios noticiosos seleccionados cómo lo hizo. El papel
de la DGSE, el servicio secreto francés, lo ha explicado más o menos en el sitio
pagado en la web Maghreb Confidential.
Esencialmente
el coq au vin de la revuelta en Bengasi había estado hirviendo a fuego lento
desde noviembre de 2010. Los cocineros fueron Mesmari, el coronel de la fuerza
aérea Abdullah Gehani y el servicio secreto francés. A Mesmari le llamaban “el
WikiLeak libio”, porque virtualmente reveló todos los secretos militares de
Gadafi. Sarkozy lo adoró –furioso porque Gadafi había anulado jugosos contratos
para comprar Rafales (para reemplazar sus Mirage que ahora se bombardean) y
plantas francesas de energía nuclear.
Eso
explica por qué Sarkozy se ha mostrado tan agresivo para presentarse como el
nuevo libertador árabe, fue el primer dirigente de una potencia europea que
reconoció a los “rebeldes” (para molestia de muchos en la Unión Europea) y fue
el primero que bombardeó a las fuerzas de Gadafi.
Esto
deja al desnudo el papel del desvergonzado filósofo y especialista del
autobombo, Bernard Henri-Levy, quien ahora se vanagloria frenéticamente en los
medios del mundo de que llamó a Sarkozy desde Bengasi y despertó su vena
humanitaria. O Levy es un mentecato o es una conveniente guinda “intelectual”
agregada al pastel de bombas prefabricado.
El
terminator Sarkozy es incontenible. Acaba de advertir a todos y cada uno de los
gobernantes árabes que se enfrentarán a bombardeos al estilo de Libia si
reprimen a los manifestantes. Incluso dijo que “el próximo” es el de la Costa de
Marfil. Exceptuando, claro está, a Bahréin y Yemen. En cuanto a EE.UU., de nuevo
está apoyando un golpe militar (no funcionó con Omar “Jeque al-Tortura” Suleimán
en Egipto, tal vez funcione en Libia).
AL-QAIDA
Y
vuelve a aparecer el tan conveniente espantajo. El consorcio
anglo-francés-estadounidense –y ahora la OTAN– están (de nuevo) combatiendo
junto a al-Qaida, representado por al-Qaida en el Magreb
(AQM).
El
dirigente rebelde libio Abdel-Hakim al-Hasidi –quien combatió junto a los
talibanes en Afganistán– confirmó ampliamente a los medios italianos que reclutó
personalmente a “unos 25” yihadistas del área de Derna en Libia oriental para
combatir contra EE.UU. en Iraq; “ahora están en las primeras líneas en
Adjabiya”.
Esto
después de que el presidente de Chad, Idriss Deby, subrayara que AQM había
atacado arsenales militares en Cirenaica y que ahora posee bastantes misiles
tierra-aire. A principios de marzo, AQM apoyó públicamente a los “rebeldes”. El
fantasma de Osama bin Laden debe de estar sonriendo de oreja a oreja; una vez
más consigue que el Pentágono haga su trabajo.
LOS PRIVATIZADORES DEL
AGUA
Es
posible que poca gente en Occidente sepa que Libia –junto con Egipto– se
encuentra sobre el Sistema Acuífero de Piedra Arenisca de Nubia; es decir, un
océano de agua fresca extremadamente valiosa. De modo que sí, esta guerra “ahora
la ves ahora no la ves” es una guerra crucial por el agua. El control del
acuífero es invaluable, como el “rescate” de valiosos recursos naturales de los
“salvajes”.
Este
Ductistán del Agua –enterrado en lo profundo del desierto a lo largo de 4.000
kilómetros– es el Gran Proyecto Fluvial Hecho por el Hombre (GMMRP) que Gadafi
construyó por 25.000 millones de dólares sin pedir un solo centavo al FMI o al
Banco Mundial (¡qué pésimo ejemplo para el mundo en desarrollo!). El GMMRP
provee a Trípoli, Bengasi y a toda la costa libia. Los científicos calculan que
la cantidad de agua es el equivalente al agua que fluye por el Nilo en 200
años.
Hay
que comparar esto con las denominadas tres hermanas –Veolia (antes Vivendi),
Suez Ondeo (antes Generale des Eaux) y Saur– las compañías francesas que
controlan más de un 40% del mercado mundial del agua. Todos los ojos deben
concentrarse imperativamente en si se bombardean estos acueductos son
bombardeados. Un panorama extremadamente posible es que si lo son, los jugosos
contratos “de reconstrucción” beneficiarán a Francia. Será el paso final para
privatizar toda esa agua, por el momento gratuita. De la doctrina del shock a la
doctrina del agua.
Bueno,
ha sido sólo una breve lista de logreros. Nadie sabe quién acabará obteniendo el
petróleo, y el gas natural. Mientras tanto el espectáculo (de los bombardeos)
tiene que continuar. No hay negocio como el de la guerra.
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Los
argumentos humanitarios lógicos de la OTAN
no
encajan en la ayuda militar a los rebeldes en Libia MATAR
AL LIBIO
¿Por qué para los lideres
norteamericanos y europeos de repente, y con tanta pasión, afloró ese odio
visceral hacia Muammar el Kaddafi? ¿Por qué precisamente ahora, cuando el
«carismático» coronel reducía una de las habituales revueltas tribales en su
país con un mínimo de víctimas, Estados Unidos, la ONU y la Unión Europea se han
propuesto deponer su régimen?
Respuestas
para estas preguntas no tiene ningún analista occidental.
Tampoco
encaja en ninguno de los patrones habituales el comportamiento de la Casa Blanca
ni de los políticos europeos, a no ser en el esquema de una demente
conspiración.
Las
posiciones de Obama e Hilary Clinton, e incluso, su
repentino apoyo a las posiciones de Nicolás Sarkozy, demuestran sólo
una cosa: que Kaddafi, en el escenario futuro de ellos, está considerado un
hombre muerto, pero por alguna razón el libio se niega a aceptar su
papel.
Todas
las extrañas e ilógicas declaraciones anteriores de los líderes
occidentales, muy
dispuestos a defender a una «población civil libia», que a su vez, no
ha tenido que sufrir en lo absoluto ni por culpa de la revolución, ni por las
incursiones aéreas del gobierno, no las acepta prácticamente nadie. En los mismos Estados Unidos, la
población se opone de manera categórica a cualquier tipo de injerencia en los
asuntos internos de Libia y el número de los que abogan por acciones militares
es realmente ínfimo.
En
relación a ello, el Profesor Peter Fiver, un ex asesor de seguridad nacional de
George Bush, ha señalado que: «…la nación en lo absoluto está dispuesta
para esta nueva guerra, al pueblo norteamericano nadie le ha explicado nada ni
se ha promovido ningún tipo de acciones movilizativas en dicha
dirección…». De la misma
opinión es incluso, Donald
Rumsfeld, el ex Secretario de Defensa, una figura que nunca se ha
caracterizado ni por excesos de suavidad o de tendencias pacifistas. Según su
criterio, el inicio de operaciones militares contra Libia constituye una suerte
de quiebra de la política exterior de los Estados Unidos.
Sería
pues muy bueno conocer, que tipo de política exterior propugna el actual
inquilino de la Casa Blanca, que ha empujado a los líderes europeos a
comprometerse en un complejísimo juego en el norte de África. Y he aquí otra
ficha que no encaja, de ninguna manera, pero que le conceden credibilidad a lo
dicho por el coronel Kaddafi, es algo que anteriormente no siempre era
considerado como cierto en este mundo tan dudoso. Lo cierto que el líder libio
en cada una de sus declaraciones repite sistemáticamente, que su enemigo
fundamental es Al-Qaeda, sin embargo, paralelo a esto era considerado el
sustituto número 1 de Osama Bin Laden tanto por el egipcio Aiman al Zavajiri
como por el líder espiritual de dicha agrupación en Afganistán, el libio Abu
Yahey al Libi.
Y
esto ¿por qué?, es un hecho que el coronel Kaddafi le asestó en varias ocasiones
importantes golpes morales y reales a la agrupación Al-Qaeda y hasta prometió
convertir a Libia en el lugar más inhóspito para sus combatientes donde sólo
podrían encontrar su lecho de muerte, ayudando con esta posición, como ningún
otro, a los norteamericanos que combaten en Irak.
Por
otra parte resulta, que según un informe del Centro de Investigaciones sobre el
Terrorismo, anexo a la Academia Militar de West Point, de cuya existencia
estaban muy al tanto desde antes del 2007 en la Casa Blanca, que la abrumadora
mayoría de los combatientes extranjeros de la yihad, llegados al territorio de
Irak, resultaron originarios de la «patria» de Al-Qaeda, es decir, Arabia
Saudita; pero en segundo lugar se encuentran los llegados
desde…Libia.
Es
decir, que la principal fuente de reclutamiento de muyahidines, los mismos que
asesinan a soldados norteamericanos en Irak, se encuentra en Libia, pero no
entre los partidarios de Kaddafi, proceden más bien de las regiones orientales
de ese país que circundan la ciudad de Bengasi, de donde son las tribus que se
oponen al régimen de Kaddafi y con las cuales él se ha enfrentado, tanto por la
vía de las armas, que mediante sus políticas sociales de beneficio popular,
arrebatándole los recursos financieros a los extremistas islámicos, los mismos
que abogaban por recortar el suministro de petróleo a Europa y convertir el país
en un Califato ortodoxo.
De
esa manera, desde el pequeño poblado de Darna, ubicado al este de Libia,
ingresaban en Irak a través de la frontera con Siria más combatientes yidahistas
que desde una urbe como Riad [capital de Arabia Saudí]. En sólo un año, desde
agosto de 2006 hasta el mismo mes del año siguiente, solamente en uno de los
destacamentos de Al-Qaeda, que estaba integrado por 700 combatientes y cuyos
documentos cayeron en manos de los norteamericanos, se constató que 112 de
ellos, uno de cada cinco de los que declararon su origen nacional, procedía del
este de Libia.
«…tengo
la esperanza de que estos datos, recopilados como parte de la documentación
ocupada a este grupo de combatientes en Irak en la frontera con Siria, expliquen
porque no se puede ayudar, y mucho menos entregar armas, a los oponentes de
Kaddafi…»declaraba
en días pasados el experto de West Point y ex Ranger Andrew
Exum, quien además subrayó, que una invasión a Libia tendrá muy
graves consecuencias. Exum recordó, que a principios de la década del 90,
Kaddafi se vio obligado a aplastar un levantamiento similar en la región del
este, sólo que entonces fue considerada una «revolución de islamistas» y ahora
han decidido proclamarla como «revolución de demócratas»
Y
¿Quiénes eran los que enviaban combatientes a Irak desde los alrededores de
Bengasi?, pues nada menos que una célula local de Al-Qaeda, la «Libyan Islamic
Fighting Group» ((LIFG)), la misma que en el año 2009 Kaddafi consiguió
literalmente arrancarle al islam carismático y volverla en su contra, al punto
de que el líder del LIFG llamó apostatas a Bin Laden y sus seguidores y a Ayman
al-Zawahiri lo tildó de tergiversador de las sagradas escrituras, acción con la
que Kaddafi redujo literalmente, en un 20%, la fuente de reclutamiento de
muyahidines para Irak.
Pero
al parecer esto es historia pasada y de muy poca relevancia para Hillary
Clinton, la que se reunió en París el 14 de febrero con el líder islamista libio
Mahmoud Yibril, un prófugo de la justicia en su país que reside en la capital
gala, y quien es uno de los más enconados enemigos del «Coronel». Este encuentro
se celebró inmediatamente después de la reunión de representantes del G-8, donde
se había decidido la suerte del «antidemocrático» Muammar
Kaddafi.
El
presidente Nikolás Sarkozy había organizado este encuentro a petición de la
Secretaria de Estado, luego de lo cual, el mismo se reunió el 10 de marzo con
una representación de la oposición islamista del «Consejo Nacional Libio»,
residentes igualmente en París, a los que prometió, entre otras cosas, el
reconocimiento de París al «gobierno revolucionario» de Bengasi y todo el apoyo
político posible. Con promesas del mismo tipo, las autoridades de Gran Bretaña
se dirigieron a los opositores de Kaddafi. El 19 de marzo se hizo muy evidente a
que tipo de «apoyos» se referían estos gobiernos.
Mientras
tanto, ¿qué podría ocurrir en Trípoli? Sin la presencia allí, como ocurrió en
Irak, de las tropas norteamericanas o de otros países europeos. Los «demócratas»
de seguro se van a dedicar a saquear los bancos y a cometer cualquier tipo de
fechoría, sobre todo, contra los fondos personales de Kaddafi, y si estamos
hablando, como mínimo, de cientos de millones de dólares en diferentes divisas,
metales preciosos y otros tipos de valores, entonces es un
peligro.
¿Hacia
qué «actividad» se dirigirá este botín «revolucionario»?
¿Al
enfrentamiento contra los enemigos del «Califato Mundial» o a la construcción de
una sociedad democrática en Libia?
La
respuesta es clara, ¿no es así?
Me
gustaría recordar, sin embargo, que los ataques terroristas del 11 de septiembre
2001 le costaron a sus organizadores no menos de 400,000 dólares, por lo que con
el empleo de los fondos de Kaddafi los norteamericanos podrían recibir de parte
de sus «amigos libios» no pocas sorpresas desagradables, sin hablar ya de la
cantidad de «regalos» que le esperan a los europeos, quienes todavía se
encuentran mucho más cerca del epicentro de la democratización
libia.
¿Por
qué ocurren estas cosas? La respuesta parece ser evidente y tiene que ver con el
papel que se propuso jugar desde la presidencia Barack Obama a partir del mismo
momento de su llegada a la Casa Blanca. Obama se planteó, al parecer, entrar en
la historia como el presidente que estableció la paz en el Medio Oriente. Ese
rol le gusta y es evidente que avanza impetuoso hacia su objetivo, aunque
perdiendo en la misma medida todo contacto con la realidad. La aparición de una
súbita cadena de revoluciones en la región, no son meros acontecimientos, de
catalizador de sus estallidos han servido situaciones internas muy particulares
de cada país. Sin embargo, todos estos estallidos han sido inmediatamente
saludados por el gobierno norteamericano, que no bastándole esto hasta ha
elogiado la victoria de las fuerzas democráticas encada uno de esos
países.
Pero
sólo ahora, cuando se comienza a «asentar el polvo» que levantaron estas
explosiones, se pueden observar los resultados de esas revoluciones y el
espectador sobrio difícilmente pueda considerar que lo que ha ocurrido es una
victoria de fuerzas democráticas; y tanto en Egipto como en Túnez, los
resultados de la revolución no se inclinan hacia la democracia, lo hacen hacia
el Islam radical.
Pero
esa información no está al alcance ni de Obama ni de la señora Clinton, la cual
anda más preocupada y considera más conveniente dedicarse a que se le recuerde
como una «estadista» y no como la esposa de un tal Bill Clinton, cosa que no
desea ni considerar, aunque otros lo ignoren.
Por
eso la Secretaria de Estado estrecha tranquilamente la mano del representante
libio de Al-Qaeda, la misma organización que es responsable de la muerte
violenta de más de 3000 ciudadanos estadounidenses, sólo el 11 de septiembre
2001.
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LIBIA
O UN VIEJO MUNDO EN GUERRA
Por:
Gianni Vattimo
¿No
sería hora de dejar de usar a la ONU como pantalla? ¿Qué legitimidad puede
derivar de ella hoy? , se pregunta el filósofo italiano, para quien la crisis de
Libia exhibe el sometimiento de la política a la economía.
Escribir
algo sensato sobre la guerra en Libia es difícil. Y es difícil escribir algo
sensato en general sobre guerras como ésta, ahora más que nunca. Se podía quizás
en vísperas de las primeras intervenciones militares posteriores a la Guerra
Fría, Irak, etcétera. Pero ahora, con la carga de esas experiencias, no podemos
hacer otra cosa que leer y releer el artículo de Massimo Fini, publicado por el
Fatto Quotidiano (ilfattoquotidiano.it) y retomado por MicroMega, y estar
sustancialmente de acuerdo con él.
Estamos
en guerra, con la bendición (justamente...) de la ONU, del presidente napolitano
y de todos los intervencionistas humanitarios. Y a toda velocidad, con una
facilidad desarmante (la guerra se apodera también del vocabulario) nos
deslizamos en ella sin darnos cuenta. A tal punto que, pensándolo bien, los
resultados reales que obtendremos son los señalados por Fini: crearemos un
precedente sin precedentes, justamente, el de una intervención dentro del ámbito
reservado de un Estado que no invadió a ningún vecino, pero cuyo poder central
se rebela contra la rebelión de una parte del país que nunca asimiló la
unidad.
Reavivaremos
el terrorismo, feliz con la evolución de la crisis, legitimando por otra parte
cualquier venganza libia. Protegeremos nuestros intereses, haciéndonos como de
costumbre portadores de un ideal de democracia que es tal, precisamente, porque
nos queda cómodo, es más, nos permite hacer lo que se nos da la gana
cómodamente.
Intervenimos
con fines humanitarios, contentos de no haber sido cuestionados por Egipto
–actuar contra Mubarak habría sido francamente demasiado, para Estados Unidos y
los numerosos proveedores del tirano– pero conscientes de la imposibilidad de
ver pasar los cadáveres sobre las orillas –las playas– libias. Si el pueblo se
arregla solo, exultamos. De lo contrario, intervenimos. Imponiendo en los dos
casos –porque siempre es posible después lamentarnos del peligro del extremismo
islámico– la norma democrática occidental como regla del “ Brave New World
”.
El
problema principal, como ocurre siempre en estos casos, es que habrá que esperar
para saber qué deberíamos haber hecho. Tendríamos que haber aplaudido cuando
Vietnam invadió la Camboya de Pol Pot, y en cambio, en esos tiempos, nos
escandalizamos por la primera guerra entre dos países
comunistas.
Tendríamos
que haber detenido la masacre en Ruanda, y seguramente tendríamos que haber
intervenido para frenar la guerra en Yugoslavia. Pero habríamos podido (debido)
actuar antes, no después: tendríamos que haber discutido públicamente, como
Europa, en vez de limitarnos a observar atónitos, el inmediato reconocimiento
por parte de Alemania y los países europeos, de las reivindicaciones nacionales
de Eslovenia y compañía.
Tal
vez habríamos comprendido que la adopción de una estrategia pura de interés
personal económico produce consecuencias no deseadas, y no sólo la feliz mano
invisible smithiana, sino también el fortalecimiento de nacionalistas estilo
Milosevic.
Pero
aquí y ahora (en Libia) ¿qué hacer? Protestar, sobre todo, por el sometimiento
exagerado de la política internacional a los intereses económicos: donde estos
intereses no existen, el problema de los derechos humanos no se plantea.
Indignarnos por la cómoda excusa, la de los derechos humanos (que
lamentablemente, aun cuando se la emplea de buena fe, sigue siendo un pretexto
en la Realpolitik internacional), utilizada para bombardear un país –perdón,
para salvaguardar una “zona de exclusión”– y no simplemente para bloquear, y en
rigor incluso deponer, a un tirano.
Avergonzarnos
por el espectáculo obsceno de la diplomacia internacional –el aterrador Sarkozy
y el arribista Cameron; la OTAN invocada por quienes la forman pero no la
dirigen, porque quien la dirige tiene miedo de los efectos que provocaría la
bandera; la nuestra, incalificable, cruza de profesor de esquí y cantante de
crucero; la formación de la santa alianza anti-BRIC (Brasil, Rusia, China,
India) y, como recordaba Paolo Ferrero, incluso la inserción de un verdadero y
auténtico campeón de la democracia, Qatar, en el grupo de los
cruzados.
En
resumidas cuentas: ¿No sería hora de dejar de usar a Naciones Unidas como
pantalla? ¿Qué legitimidad puede derivar de la ONU, hoy? De un acuerdo aprobado
en 1945, que asigna explícitamente a las potencias vencedoras de una guerra
mundial el deber de mantener la paz, y que como tal nunca funcionó (la paz fue
asegurada por el régimen de terror frío dirigido por las dos superpotencias, y
cuando éste acabó, la ONU terminó autorizando guerras que no podían contar con
el consenso de la parte derrotada, la Rusia
post-soviética).
El
Consejo de Seguridad es un órgano no democrático y, lisa y llanamente, vetusto.
Una Europa iluminada debería preocuparse sobre todo por rediscutir los
organismos de cooperación internacional con los países BRIC. Entonces sí,
podremos preguntarnos legítimamente qué hacer con Libia y su régimen. No tener
una guerra mundial y sus vencedores sobre las espaldas puede ser una debilidad,
pero también una fuerza, si se aprovecha para crear una institución que
realmente sea supranacional, que pueda velar (un poco más) por el interés
general.
En
cualquier caso, la cuestión es urgente. Las tecnologías envejecen, como enseña
Fukushima. Todo nuestro mundo es demasiado viejo: es viejo el FMI, es vieja
Europa, es vieja la ONU. Y, en la próxima crisis, los BRIC no se quedarán
mirando.
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